El Ballet Nacional de Cuba trae al Teatro Gayarre «Don Quijote»

Estrenada en 1988, la obra ha sido reconocida por la crítica y el público en varios festivales

Estrenada en 1988, la obra ha sido reconocida por la crítica y el público en los Festivales Internaciones de Edimburgo, la Bienal de la Danza de Lyon y el Teatro de la Zarzuela de Madrid, así como en las giras realizadas por numerosos países.



Una puesta en escena que se caracteriza por el dinamismo, la frescura y que mantiene a lo largo del prólogo y tres actos un respeto autentificador hacia lo folklórico, especialmente en las danzas de carácter que gozan de un acreditado sabor español.



Este «Don Quijote» cubano por primera vez enfatiza el protagonismo coreográfico del personaje que le da título y además ofrece cambios sustanciales con respecto a otras versiones al mostrar personajes antes ajenos y que dan una lógica dramática y escénica a la obra.



Al igual que en otras del repertorio tradicional, con su puesta escénica de «Don Quijote» el Ballet Nacional de Cuba ha logrado hacer de un título tradicionalmente reservado para alardes virtuosos una obra fiel al espíritu cervantino y español.



Bajo la dirección de Alicia Alonso, «Don Quijote» tiene como primeros bailarines a Joel Carreño, Bárbara García, Víctor Gilí, Laura Hormigón, Octavio Martín, Oscar Torrado y Viengsay Valdés



Alonso, nombrada en 2002 Embajadora de la República de Cuba, es no sólo la directora sino también la figura principal del Ballet Nacional de Cuba, donde ha inspirado y guiado la formación de varias generaciones de bailarines con un estilo propio que ha sido reconocido a nivel internacional.



Entre sus discípulos destaca Joel Carreño, de 21 años, quien ha actuado en importantes teatros de Europa y América con un repertorio solista de tradición romántico-clásica y creaciones contemporáneas de coreógrafos cubanos y extranjeros.



En este «Don Quijote» el bailarán ha sido considerado por algunos críticos como «la estrella de la función» al lograr «ejecutar con éxito conmovedoras interpretaciones», destacando además de él su «perfeccionismo en la técnica» y su «dominio de un papel reservado a los bailarines nobles», con «elegancia y virtuosismo» en sus saltos y giros.



La primera bailarina, Bárbara García, ha sido artista invitada de la Compañía Nacional de Bellas Artes y del Ballet de Monterrey, en México, así como del Ballet Víctor Ullate, de la Comunidad de Madrid, cuenta con distintos premios en certámenes y festivales de danza dentro y fuera de Cuba y en su repertorio incluye roles principales y de solista de la tradición romántico-clásica y del ballet contemporáneo, creados por destacados coreógrafos.