El Ballet Nacional de Cuba celebrará su 75 aniversario este jueves, 25 de mayo, en la sala principal del auditorio Baluarte de Pamplona (20.00 horas), bajo la dirección de Viengsay Valdés, quien también es la primera bailarina. Se trata de una de las compañías de danza más importantes del mundo y ocupa un lugar prominente en la cultura hispanoamericana contemporánea.
El rigor artístico-técnico de sus bailarines y la amplitud y diversidad en la concepción estética de los coreógrafos otorgan a esta agrupación un lugar relevante entre las grandes instituciones de su género en la escena internacional.
En este espectáculo ofrece un programa que incluye Concerto DSH', con la coreografía de Alexei Ratmansky y música de Dmitri Shostakóvich; Love fear loss, con coreografía de Ricardo Amarante y música de Édith Piaf, Jacques Brel y Charles Dumont; Tres preludios, con coreografía de Ben Stevenson y música de S. Rachmaninov; y Séptima sinfonía', con coreografía de Uwe Scholz y música de Ludwing van Beethoven.
Trayectoria
Esta compañía nació en 1948 con Alicia Alonso como principal fundadora y primerísima figura. Desde los inicios, la línea artística del Ballet Nacional de Cuba partió del respeto a la tradición romántica y clásica, estimulando al mismo tiempo el trabajo creativo de coreógrafos que seguían una línea de búsquedas en lo nacional y contemporáneo.
En 2018 fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación, distinción que lo reconoce como la máxima expresión de la escuela cubana de ballet, que ha logrado una fisonomía propia donde se funde la tradición de la danza teatral con rasgos esenciales de la cultura nacional cubana.
Viengsay Valdés
Viengsay Valdés nació en La Habana e inició sus estudios en la Escuela Elemental de Ballet Alejo Carpentier. Obtuvo la medalla de Oro en Vignale Danza, Italia (1993); el Gran Prix de Ballet en el concurso juvenil de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), entre otros. Se graduó con Titulo de Oro en 1994 y pasó a formar parte del elenco del Ballet Nacional de Cuba. Fue promovida a Bailarina Principal en 1996 y al rango de Primera Bailarina en 2001.
Su vasto repertorio incluye roles de la gran tradición romántico-clásica de ballet, así como de obras contemporáneas de coreógrafos cubanos y extranjeros. Es una fiel exponente de la escuela cubana de ballet, y heredera del legado de Alicia y Fernando Alonso. En la temporada 2010-2011, la revista Dance Europa, la ubicó en el sexto lugar del listado donde figuran los 100 mejores bailarines del mundo.
