El ballet de Boris Eifman llega al Euskalduna con 'Anna Karenina'

Está considerada como la mejor compañía rusa.

La pieza que pondrá en escena el Eifman Ballet Theatre en Bilbao es una coreografía estrenada en 2005 que se divide en dos actos y que tiene una duración de dos horas. A través de la danza Boris Eifman ha querido plasmar el mundo psicológico de los protagonistas. Así, estamos ante una coreografía compuestas por escenas corales, pas de deux y todo un despliegue de efectos especiales.

El presidente de la ABBE, Adolfo Yebra, destacó en la presentación de ayer lo difícil que resulta traer a Eifman a Bilbao, ya que su agenda está repleta hasta noviembre de 2009. Y es que hay que tener en cuenta el hecho de que este montaje logró el Premio Benois de la Danse 2006 a la Mejor Coreografía.

Uno de los muchos atractivos de este espectáculo es que cuenta con música del compositor ruso Tchaikowsky. En total se recogen catorce extractos de su obra. Así, se podrán oír piezas de este compositor como Serenata para cuerdas, la Suitte nº1, la Balada Sinfónica o la Fantasiá Sinfonica Tempestad entre otras.

En esta presentación participó también Perfecto Uriel, director de la Casa de la Danza de Logroño y gran conocedor de la obra de Boris Eifman. Uriel definió al coreógrafo como "el genio del siglo XXI, por el concepto tan total y absoluto que tiene del desarrollo de una obra de ballet desde la cosa más insignificante como puede ser un concepto de luz o de humo, hasta el momento más sublime como es un paso a dos o el desarrollo de una variación de cuerpo de baile".

"Es el coreógrafo que de alguna manera se encargará de que la danza siga evolucionando", aseguró Uriel refiriéndose a Eifman, que es el residente oficial del New York City Ballet, y al que definió como "el más grande de los coreógrafos".

Uriel equiparó los efectos que consigue sobre el escenario con los efectos cinematográficos y concluyó destacando que "las dos horas que dura el espectáculo Anna Karenina no te puedes mover de la butaca ni un solo momento. La atención está sumamente bien captada".

Adolfo Yebra, presidente de la Asociación Bilbao Ballet Elkartea, explicó cómo desde la ABBE tuvieron que escoger entre tres compañías para traer a Bilbao. Además del Eifman Ballet tenían como alternativas al Ballet Nacional de Tokio y al ballet del coreógrafo Maurice Béjart, que proponía el montaje El presbítero. "Decidimos traer a Eifman y no a Béjart, siendo ambos de una categoría similar, porque el de Eifman es un ballet ruso, con lo cual teníamos a una mentalidad muy europea y que encajaría, y por el título, Anna Karenina", concluyó.