El ballet de Boris Eifman "emocionará al público" con el espectáculo 'Anna Karenina'

Actuará en el victoria eugenia el 18 y 19 de octubre. El coreógrafo ruso presenta una obra de estilo neoclásico inspirada en la novela de Tolstoi

La coreografía y la dirección del espectáculo corre a cargo de Boris Eifman, que creó esta compañía de teatro ballet en 1977 rompiendo así con las estrictas reglas del academicismo ruso y revelando su anhelo de independencia.

El presidente de Armonia -empresa que representa a la compañía en el Estado- y el programador de danza de Donostia Kultura, Sorín Melinte y Norka Chiapuso, respectivamente, presentaron ayer en rueda de prensa esta propuesta artística.

Melinte aclaró que el espectáculo responde a "un estilo neoclásico", al tiempo que subrayó la "enorme creatividad" que caracteriza a Eifman. "Tiene un enorme talento para combinar los valores clásicos del ballet ruso con la capacidad creativa", resaltó.

Así se explica que el coreógrafo ruso, para dar vida al personaje de Anna Karenina, que se debate permanentemente entre el deber y la pasión, recurra a "un popurrí de estilos". "Según lo que quiere expresar en cada momento, utiliza desde las formas del ballet clásico de toda la vida hasta las contorsiones más inverosímiles", detalló el presidente de Armonia.

La compañía la integran "grandes solistas" que gozan de "importantes dotes técnicas y atléticas", necesarias para responder a los requerimientos del coreógrafo.

El espectáculo está estructurado en dos partes de 45 minutos y entre ambas hay una pausa de 20 minutos.

Asimismo, Sorín Melinte desveló que Eifman trabaja de una manera poco habitual entre sus colegas. En ese sentido, expuso que en lugar de partir desde el cuento o la historia lo hace desde la música. "En primer lugar busca una música que conmueva tremendamente", indicó. En esta ocasión, el espectáculo cuenta con música de Tchaikovsky.

emocionar A partir de ahí, desarolla la historia. "Crea un montón de procedimientos visuales para intentar llegar al fin primordial de emocionar al público", aseguró Melinte en alusión a la manera de proceder de Eifman.

El propio coreógrafo ha manifestado lo siguiente: "Creo sencillamente que no se puede entender la belleza como una noción abstracta. Cuando creo un movimiento, es por supuesto con la idea de crear una emoción, expresando un sentimiento; y dicha emoción pasa necesariamente por una necesidad estética".

Sorín Melinte opinó que "sería una pena" que el público dejara pasar la ocasión de disfrutar del arte del ballet Eifman.