El Ballet Chaikovski trae al Gayarre una versión de 'El lago de los cisnes'

Treinta bailarines de la compañía de perm interpretarán esta obra hoy y mañana

El escenario del Teatro Gayarre acoge hoy y mañana, a las 20.00 horas, la puesta en escena de El lago de los cisnes , a cargo del Ballet Chaikovski y con la coreografía clásica de Marius Petipa, Lev Ivanov y Aleksandre Gorsky reinterpretada por el coreógrafo Nikolai Boyarchikov. La belleza de la música de Chaikovski, con profundas melodías líricas; la perfecta interpretación de la música en las coreografías y las brillantes danzas que se ofrecen convierten a este espectáculo en algo especial, sobre todo teniendo en cuenta la calidad de la compañía del Ballet Chaikovski de Perm. Y es que esta ciudad rusa es considerada la tercera meca del ballet después de Moscú y San Petersburgo.



El lago de los cisnes se estrenó por primera vez el 20 de febrero de 1877 en el Teatro Bolshoi de Moscú, con coreografía de M. Petipa acompasada al ritmo de la música de Chaikovski. Cuenta la romántica historia de amor entre la hermosa princesa Odette y el joven príncipe Sigfrido. Más de una treintena de bailarines son los encargados de poner sobre las tablas este espectáculo que nos trae a una de las más destacadas compañías de ballet del actual momento.



La Fundación Municipal Teatro Gayarre destacó en una nota de prensa que la crítica internacional ha coincidido en señalar que este Lago de los cisnes es uno de los mejores que en estos momentos recorren los escenarios. En este sentido, hay que tener en cuenta la importancia que tiene la ciudad de Perm y su vinculación con las grandes tendencias de Moscú y San Petersburgo. El arte coreográfico de esta ciudad es respetado y admirado por todos los grandes entendidos. Así, el público puede disfrutar de uno de los más rigurosos trabajos de repertorio que se puede encargar a una compañía de ballet.



el argumentoEl lago de los cisnes , con música de Chaikovski y libreto de Beguichev y Geltser, se desarrolla en tres actos y cuatro cuadros. El Acto Primero tiene lugar en el jardín del castillo del príncipe Sigfrido. Se celebra la fiesta de su XXI cumpleaños. Su madre, la Reina, le recuerda que ha llegado el momento de que escoja esposa, por lo que lo hará entre las jóvenes que al día siguiente participen en el baile de la Corte. Pero, ni las advertencias de su progenitora ni las alegres danzas festivas logran distraerle de la profunda melancolía que le invade.



El siguiente acto se sucede en el Bosque misterioso, al borde de un lago, a la pálida luz del claro de luna. Es el lugar donde evolucionan las jóvenes-cisnes víctimas del sortilegio del brujo Rothbart. Hasta allí llega Sigfrido y ante él aparece la princesa Odette, también convertida en cisne quien explica a Sigfrido, prendado de su belleza, que el sortilegio no podrá romperlo más que aquel que le jure amor eterno. Sigue una etérea y fascinante escena de amor que interrumpe Rothbart amenazante, recordando a los cisnes que están bajo su poder. Sigfrido jura a Odette amor eterno y le invita al baile que se celebrará en su palacio al día siguiente. Despunta el alba y Odette, de nuevo convertida en cisne, debe seguir su destino.



El gran baile tiene lugar en el Acto Tercero. Sigfrido participa en las danzas, pero se desentiende de las pretendientes que le son presentadas; su pensamiento está puesto en Odette. Repentinamente, llega un caballero desconocido en compañía de su hija: se trata en realidad de Rothbart y de su hija Odile transformada en la doble de Odette. Sigfrido cae en la trampa, hasta el punto de que en medio de las danzas no duda en escogerla por esposa jurándole amor eterno ante su madre. Aparece a lo lejos la figura dolorida de Odette, la verdadera. Sigfrido descubre el engaño y desesperado huye del palacio dirigiéndose hacia el lago.



Es allí, en el lago, en las inmediaciones del bosque y puesta ya la noche donde acontece el Acto Cuarto. Los cisnes se entregan a una danza melancólica esperando a Odette, que aparece llorosa y desesperada: entiende que le espera la trágica suerte que pensaba ya cambiada por la promesa de Sigfrido. Éste, según todas las apariencias, la ha traicionado. Pero llega Sigfrido, quien suplica su perdón, reniega del juramento que, engañado, hizo a Odile y afronta y desafía el maleficio de Rothbart, a quien logra vencer, renovando el juramento de amor a Odette. Con ello, los jóvenes han salvado su felicidad y roto el negro sortilegio que pesaba sobre Odette y los cisnes.