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El artífice del baile del Carnaval minero
Fundador del grupo Polunpak
Jesús Mediavilla Cosgaya, maisu dantza del grupo abantoarra Harrigorria Dantza Taldea y profesor de instrumento autóctonos en la OKE de Ortuella, aprendió a andar antes que a bailar danzas vascas pero, eso sí, empezó a dar sus primeros pasos acompañado por el ritmo de las melodías que su aita Jesús interpretaba al acordeón a las que a veces se sumaba un tío con su tambor. Con tanto ritmo en su devenir familiar no es de extrañar que este joven ortuellarra nacido hace 44 años haya dedicado más de media vida al estudio, investigación y divulgación del folclore vasco incluida la entronización en la cultura de Meatzaldea de una visión carnavalesca que bebe del pasado rural y minero de este rincón oriental de Bizkaia.
“Yo siempre he vivido en casa un ambiente cercano al folclore. Mi padre, para cabreo de mi madre, llegó a vender un cerdo para irse a Gipuzkoa a comprar un acordeón”, rememora este investigador autodidacta que comenzó con apenas 14 años en el desaparecido grupo ortuellarra Klaskada. “Yo siempre he sido muy inquieto y con ganas de aprender, y he tenido la gran fortuna de haber conocido a grandes personas que han dedicado su vida al estudio del folclore vasco, tanto en Euskadi como en Iparralde”, reseña este dantzari y músico experimentado quien destaca que el folclore pasó por momentos difíciles especialmente en Ezkerraldea y Meatzaldea “porque la gente que aquí vivía y trabajaba tenía otras preocupaciones más perentorias en el día e incluso en su ocio que relegaron a un segundo plano cuestiones como el folclore o prácticas con raigambre en nuestra zona como la barrena que apenas lleva 15 años en proceso de recuperación como elemento cultural propio”.
Con apenas 16 años y las enseñanzas adquiridas junto a personajes relevantes del folclore como el vizcaino Xabier Egiguren, miembro de Bizkaia Folklor Kultur Elkartea al que Jesús Mediavilla no duda en calificar como un gurú por su bagaje y su fondo documental sobre las dantzas vascas, este maisu que reparte sus esfuerzos entre Abanto-Zierbena y Ortuella se inició en la investigación de las danzas de Las Encartaciones y la enseñanza de bailes vizcainos.
Amante confeso de las danzas tradicionales del Baztán navarro, “mi segundo pueblo”, Mediavilla se rebela contra el traspaso mimético de danzas “porque las danzas no solo son ritmo y coreografía. Son también sentimiento y se nutren de la esencia de quienes lo bailan. No es lo mismo que un baile lo ejecuten dantzaris que todo el día lo pasan en el monte cuidando de sus rebaños, que una persona de ciudad. Hasta la zancada de uno y otro es diferente”, proclama este estudioso del bagaje dantzari que ha recorrido gran parte de la geografía vasca.
“Me gusta ver de primera mano cómo bailan sus danzas tradicionales para ver su sentido e impregnarme de su esencia, de su forma de comportarse, para aprender”, remarca este dantzari, trabajador desde hace más de 20 años de Tubos Reunidos, que impulsó hace 20 años de la creación del grupo ortuellarra de Polunpak -que hoy día cuenta con más de 90 alumnos en su curso de danzas de romería y de plaza- y que también colaboró en el resurgimiento del grupo Harrigorria Dantza Taldea de Abanto-Zierbena donde conoció a su mujer, Verónica Martín, con quien tiene una joya de 4 años llamada Alaia. “Si ella no hubiera estado en este mundo de la dantza seguro que hace tiempo que me hubiera mandado a paseo”, reconoce este obrero del folclore que ha propiciado la creación de un baile de Carnaval rural minero que a la base del folclore vasco tradicional ha sumado elemento diferenciadores de la cultura popular de Meatzaldea.
El ortuellarra Jesús Mediavilla (Foto: E. Zunzunegi)
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