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"Eifman es un contador de historias a través del movimiento; es el baile de la palabra"

Perfecto Uriel director de la Casa de la Danza de Logroño y experto en la obra de Boris Eifman

Egilea
Leire Gondra
Komunikabidea
Deia
Tokia
Bilbao
Mota
Elkarrizketa
Data
2008/10/22
El presidente de ABBE, Adolfo Yebra, califica a Boris Eifman como un genio de la coreografía, ¿Comparte esa opinión?

Yo lo defino como un genio en cuanto que utiliza todo los antecedentes coreográficos que hay, pero que está dotado de una particular concepción del movimiento que hacen que sus coreografías sean únicas y certeras. Todos los movimientos que hace tienen un entendimiento muy básico y consigue además estructurar aquellas grandes piezas que son muy largas de duración. Las sintetiza de manera que cuando uno acaba de ver un espectáculo de Boris Eifman sale plenamente satisfecho de haber visto el drama, el romanticismo, la tragedia... Este coreógrafo representa en movimientos todo lo que el autor había escrito en su obra sobre el papel. Es un contador de historias pero con el movimiento. Es el baile de la palabra.

¿Hasta qué punto Eifman respeta el academicismo de la escuela rusa?

 Lo respeta plenamente. Eifman parte de ese movimiento clásico, académico y estricto de la escuela rusa pero va más allá, no sólo en el movimiento, sino en el concepto dramático de la obra en sí. 

 

¿Qué supone 'Anna Karenina' dentro de su obra? 

 

Todo el trabajo de Eifman hoy por hoy tiene un calidad máxima y eso es algo que se verá en Bilbao. Hay algo que no se puede remediar: termina el espectáculo y te quedas unos segundos clavado en la butaca antes de romper en un aplauso absolutamente descontrolado. Hay calidad desde el principio hasta el final. Una entrega máxima y total. Cuando descubrí a Eifman me pareció la gran revelación del siglo XXI. Llega al mundo de la danza y sin querer revolucionar, revoluciona. Es ahí donde reside el genio de los creadores.

 

¿Es tan exigente como dicen? 

 

Yo me imagino que tiene que ser muy difícil trabajar con él porque da la sensación de exigir mucho técnicamente. La precisión es sublime en el mínimo movimiento, incluso en una mirada, en la intención de un brazo que se acerca para pedir algo... Yo no podría decir cuál es mi coreografía favorita. Hasta el momento todo lo que he visto de él es de una singularidad, de una fuerza y de una genialidad sin parangón.

 

En Bilbao vamos a disfrutar además de una escenografía y de un formato muy potente.

 

De esta minigira que tienen en funcionamiento por el norte, el Euskalduna es el único espacio escénico en el que se puede desplegar esta escenografía que tiene además tintes cinematográficos. Cuenta con ese punto de barroquismo que ha tenido siempre la escenografía del gran repertorio, pero plagado de una modernidad y de una concepción del espacio escénico que se acerca mucho al espectador de hoy día.

 

Con esa escenografía, ¿no se corre el peligro de solapar a la danza en sí?

 

No, porque hay un elemento muy importante que es el concepto luminotécnico. Cuando aparece un tipo genial como es Boris Eifman, alrededor siempre se acercan personas que son también geniales en lo que hacen: desde el diseño de vestuario, las luces... Todo. Y por tanto, él sabe cuando tiene que apoyar la escenografía con un efecto de luz y cuando la tiene que dejar en una penumbra o en un segundo plano para que lo que resalte sea lo que los bailarines están representando sobre el escenario. Lleva unos bailarines que son impresionantes, con una técnica depuradísima.

 

También es hábil para universalizar el dramatismo que transmite.

 

Todos los grandes dramas de la literatura, tanto en teatro como en danza, se corresponden eternamente a los dramas de la humanidad. Eifman lo que ha hecho ha sido estructurar y reducir muchas cosas innecesarias de aquella pompa del gran repertorio, de esos cuentos maravillosos que entramaban un drama terrible, y los acerca a la realidad rusa y también a la realidad humana vigente en todo el mundo.

 

¿Es una buena opción para quien se acerque por primera vez al ballet?

 

Puede ser. Eifman en ningún momento es gratuidad de movimiento, de danza. Pero sí es algo que se hace desde el estómago, visceral, certero, preciso en lo que está contando, tanto en la narrativa dramática como en la del movimiento.

 

sus frases

 

"Trabajar con Eifman no tiene que ser fácil ya que exige mucho, la precisión es sublime"

 

"Su obra es de una singularidad, una fuerza y una genialidad sin parangón"


Perfecto Uriel en la presentación de 'Anna Karenina' Foto: zarrabeitia

 

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