Durango y Menorca bailan juntos

CONSERVAR la propia cultura es un cometido importante, necesario y complicado, como también lo es saber ampliar horizontes y abrir las puertas de par en par a las tradiciones de otros lugares más alejados. Y es que, en muchas ocasiones, la mejor forma de mantener viva una cultura es compartiéndola con el resto, propagándola para que también se disfrute y se aprenda de ella en otros pueblos. Esta idea la sostienen los componentes de la asociación durangarra Kriskitin Dantza Taldea, que ayer celebraron su ya tradicional festival de música y baile Durangon Folk, una iniciativa en la que cada año toman parte grupos llegados desde otras provincias. En esta ocasión, y ya van 13 ediciones, fue el grupo de Menorca Grup Folklorik des Born el que trajo a la villa durangarra un trocito de su isla.

Con el propósito de fomentar el intercambio cultural mediante la música y el baile, Kriskitin organizó allá por diciembre del año 1999 un festival en el que se reunieron representantes de Galicia, Catalunya y Euskadi. Lo que comenzó como una forma de unir en un mismo espectáculo a tres pueblos, tres lenguas, tres culturas y tres formas distintas de ver la música y el baile, se ha transformado en uno de los festivales folclóricos más destacados dentro del calendario de actividades culturales de la villa. Desde aquel primer evento, han pasado por Durango grupos de Murcia, Madrid, Zaragoza, Burgos, Asturias, Málaga, Toledo o Segovia.

Ayer fue el turno de Grup Folklorik des Born, procedentes de Ciutadella, una ciudad a la que los miembros de Kriskitin viajaron en agosto para demostrar que en Euskadi, más concretamente en Durangaldea, las tradiciones folclóricas siguen latiendo fuertemente. El grupo menorquín devolvió ayer su visita, y no defraudó en el acto celebrado, al igual que en anteriores ediciones, en un Plateruena Kafe Antzokia lleno hasta la bandera. "Ya estuvieron aquí hace nueve años, y desde entonces guardamos una grandísima relación", explicaron desde Kriskitin.

MEZCLA DE SONIDOS Fueron precisamente los invitados, unos 30 miembros entre sonadores y bailadores, los encargados de inaugurar Durangon Folk 2011, que arrancó a las 18.30 horas y se alargó hasta las 20.00 horas. En su actuación, no faltaron las jotas y los fandangos, ni el sonido de la guitarra española, la bandurria, las castañuelas y el pandero. No obstante, el instrumento más desconocido para los numerosos durangarras presentes en el festival, fue el guitarró, típico de la isla menorquina, y que ellos mismos fabrican de manera artesana. "La pasión por la danza no es lo único que nos une con Kriskitin, también somos dos grupos muy comprometidos con el mantenimiento de las lenguas minoritarias", señalaron los representantes de esta formación que lleva paseando el folclore balear por Europa desde 1988. Desde su formación, han recorrido prácticamente todos los puntos del Estado y países como Italia, Portugal o Francia. Y es que, según ellos, "la prioridad siempre ha sido difundir nuestra cultura, y para ello lo mejor es realizar este tipo de intercambios".

Los artistas invitados, una vez recibidos los aplausos y halagos del público local, cedieron su lugar en el escenario a los anfitriones. La actuación de Kriskitin Dantza Taldea se dividió en dos partes. En la primera, la más habitual, interpretaron danzas típicas de la zona como el aurresku, las erregelak, el arin-arina o el dantzari dantza. Tras un descanso en el que volvió a saltar al escenario el grupo menorquín, mostraron a los asistentes un montaje denominado Nafarroa, en el que, como su nombre bien indica, predominaron la música y danza propia del territorio navarro.

Visto el éxito obtenido por Durangon Folk 2011, no es descabellado augurar un largo futuro a esta actividad que, además de potenciar el folclore local, ofrece la posibilidad de disfrutar con la cultura musical de otras zonas del Estado.