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Duato prohíbe bailar sus coreografías en España desde julio
Polémica en la danza
Nacho Duato estrenará el próximo 15 de marzo su primera coreografía al
frente del Ballet del Teatro Mijáilovsky de Moscú. Cesado de su cargo el
pasado julio tras llevar durante veinte años las riendas de la Compañía
Nacional de Danza, Duato ha arremetido desde Rusia contra la ministra
de Cultura por no haber evitado su marcha. «Fue algo personal porque
todos los demás directores han continuado. Así que les he prohibido
bailar mis coreografías en España a partir del mes de julio», revela a
la web ociogay.com.
De hecho, el veto que anuncia Duato se extiende también a su nuevo teatro: «La Compañía Nacional de Danza viene al Mijáilovsky, pero les he vetado. Lo último sería que bailaran mis creaciones en este teatro». El coreógrafo ha asegurado que se ofreció a Cultura para continuar en la compañía como asesor artístico, «como ayudante del director para supervisar mis coreografías, pero me dijeron que no». Sus conversaciones con la ministra Ángeles González-Sinde no prosperaron. «La ministra me invitó a ir a la ópera con ella y me negué. Estuvimos hablando un rato, le dije que ella podía haber evitado que me echaran y así no se hubieran perdido 20 años de trabajo».
De hecho, el veto que anuncia Duato se extiende también a su nuevo teatro: «La Compañía Nacional de Danza viene al Mijáilovsky, pero les he vetado. Lo último sería que bailaran mis creaciones en este teatro». El coreógrafo ha asegurado que se ofreció a Cultura para continuar en la compañía como asesor artístico, «como ayudante del director para supervisar mis coreografías, pero me dijeron que no». Sus conversaciones con la ministra Ángeles González-Sinde no prosperaron. «La ministra me invitó a ir a la ópera con ella y me negué. Estuvimos hablando un rato, le dije que ella podía haber evitado que me echaran y así no se hubieran perdido 20 años de trabajo».
Duato revela además que la Casa Real ha intercedido ante
las autoridades rusas para que le concedan un permiso de trabajo. «El
otro día, con motivo de la inauguración de la exposición del Museo del
Prado en el Hermitage, estuve en la recepción. La Reina me confesó que
creía que me habían tratado muy mal y que no lo entendía. También estuve
hablando con el Rey, al que le conté los problemas que tenía para que
me dieran el permiso de trabajo. Inmediatamente pidió a Medvédev que se
acercara a nosotros y pidió que lo arreglara. Esta semana lo voy a
tener».
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