Dilemas vitales

El dilema propuesto por la inteligencia sensible del periodista donostiarra, dramaturgo ocasional, Javier Ortiz, y las lecciones hermosas e imperecederas del maestro Anton Chejov resplandecen en la, posiblemente, jornada más brillante y comprometida de dFeria, que supera su ecuador dejando un reguero de buenas historias.

'el viaje de sialuk...' de en la lona

La adopción, un relato

La compañía En la lona nació en Buenos Aires en 1997 y se afincó en la Montaña Alavesa en 2000. Han trasteado con la danza, el circo, los títeres, el clown o la narración oral, elementos que confluyen también en Sialuk hartz txikiaren bidaia, que estrena su versión en castellano en dFeria. Aunque Sialuk sí entraña un cambio para la compañía: es el primer montaje pensado para sala, porque En la lona se fundó bajo la vocación de teatro de calle. Es respetuoso con otra tradición de la compañía vasco-argentina, la dimensión social de sus tramas. En Éxodo hablaron, apoyadas en un "gran impacto visual", sobre los desplazados, una historia que ha viajado a Leioa, Tàrrega, la República Checa y México. Sialuk se centra en la adopción. Es una cuestión social y también personal, porque Paula Alfieri, alma máter de En la lona, es madre adoptiva de dos niños etíopes. La experiencia de la espera, del primer viaje y de la aproximación al niño se transforman, hermosa metáfora por medio, en la historia de Sialuk, una osita parda, "marrón de la cabeza a los pies", que vive en el Polo Norte junto a su madre Nannuraluk, una osa polar, "blanca de la cabeza a los pies". La pequeña decide emprender un "viaje emocional".

Con este relato, Alfieri pretende hablar de un tema que sigue lastrado por los tabúes: "No se sabe qué palabras usar, ni de qué hablar, y todavía existe poco material". Ellas proporcionarán el suyo, que contiene una segunda intención solidaria: un CD musical (con las composiciones de Domentx Ucín) y la narración en euskera, que se distribuye al término del espectáculo y cuyos beneficios se destinan a proyectos sociales en el cuerno de África.

'in corpore sano' de organik

"Los hábitos impuestos"

La compañía de danza contemporánea vasca Organik, una habitual en dFeria, se introduce en esta ocasión en el mundo de las dietas y los gimnasios en coherencia con la línea de trabajo de Natalia Monge, intérprete y responsable del concepto y la dirección artística: "Hablar de cosas personales pero que poseen un reflejo social". Las cuatro bailarinas realizaron un trabajo de campo en gimnasios privados y polideportivos públicos para hablar de esas dietas que empiezan los lunes y acaban los miércoles, o las clases de spinning que se emprenden con energía en septiembre y se abandonan después de Navidad. Y, sobre todo, para reflexionar sobre "el tema de la culpa en esta sociedad tan cristiana". Monge, no lo oculta, defiende "la libertad de hacer lo que nos da la gana, lo que haga disfrutar", y olvidarse de "hábitos impuestos". Difunden su perspectiva a través del movimiento, el texto, el humor y la música original, compuesta por Marc Cano, a excepción de una ópera de Purcell.

yamila uzorskis

Dibujar con el cuerpo

Las dos mitades de Yamila Uzorskis, la acróbata y la artista, desembocan en un discurso que se mueve entre lo pictórico y lo escultórico bajo la consigna de que "bailar es dibujar con el cuerpo". Uzorskis es protagonista por tres motivos: la representación de dos de sus propuestas, Materia viva e Instrumento de cuerdas, y porque impartirá una clase magistral dirigida a actores, bailarines y coreógrafos. Materia Viva, según explicó su productor, Óscar Domínguez, adopta como protagonista a la materia y provoca que "un papel cobre vida", que se "humaniza". En Instrumentos de cuerdas, el foco se coloca sobre "la creación de un espacio escénico a través de un dispositivo, donde va a ocurrir el hecho artístico". "Sería un cuerpo de cuerdas o unas cuerdas con cuerpo", indicó en primera instancia. "Realmente es un espectáculo distinto e inclasificable", asumió.

'jose k. torturado' de studio

"Un dilema que no soportamos"

Póngase en situación. Un terrorista, Jose K., va hacer estallar una bomba en una plaza plagada de gente. Es detenido a falta de una hora para que el dispositivo estalle. ¿Sería lícita en este caso la tortura para evitar la masacre? El dilema que Javier Ortiz presentó en su intervención durante unas conferencias en Madrid organizadas por la Asociación Contra la Tortura provocó, primero, "un silencio sepulcral", inmediatamente, "un malestar enorme" y personas que se marcharon después de insultar al periodista donostiarra, recordaba ayer la productora de Jose K. Torturado, Sandra Toral.

A Toral le interesó el porqué de esa sacudida en "gente bienpensante, progre, invitado expresamente por la Asociación Contra la Tortura, que tenía que tener este tema trabajado" y vio teatro en esa disyuntiva "que no soportamos". "Escuchar las razones de un terrorista es incómodo, pero es alguien que tiene cosas que decir, las aprobemos o no".

Hoy, Jose K. Torturado ha disfrutado de una "acogida fantástica" en Girona, cuenta con el (sorprendente) apoyo de la Comunidad de Madrid que lo programó en el Teatro Español y constituye "uno de los espectáculos estrella de esta edición", una propuesta "necesaria", que pasará a formar parte de la "historia del teatro", según el responsable de la feria donostiarra, Norka Chiapuso. Pero desde 2005, año en el que se celebraron las conferencias, hasta 2011, cuando se estrenó la obra dramática, no resultó fácil venderlo. En esta tesitura socioeconómica "los teatros no pueden arriesgar, y esta no es una comedia fácil", atestigua la distribuidora, Emilia Yague. Contribuyeron a despejar el horizonte la dirección "magistral" de Carles Alfaro y el talento de su único protagonista, Pedro Casablanc, que se pasa toda la función desnudo, metido en una caja y de espaldas al público -a algunos les recordará a Nacidos culpables, de Tanttaka, dirigido también por Alfaro-, metáfora de las celdas de castigo. "Es una dirección escénica brutal, el espectador puede ver pensar al protagonista", alabó Toral.

'tío vania' de l'om imprebís

La conmoción de la vida

Santiago Sánchez y L'om Imprebís, de cuya alianza han resultado el Galileo bretchiano y el Calígula de Camus, escenifican una de las obras más hermosas y conmovedoras del maestro Anton Chejov, Tío Vania.

La versión de Sánchez imprime ritmo (dura 110 minutos) y un lenguaje "cercano" a una obra "escrita hace 115 años" capaz de conversar con el espectador contemporáneo sobre "soledad, ilusiones frustradas, amores perdidos y pasiones que se van enfriando", eso que ahora emerge "en sms y en Facebook", precisó Sánchez, y que, en realidad, revolotea sobre la gran cuestión: ¿Qué estamos haciendo con nuestra vida? Algo que, subrayó el director, no es un problema personal, sino social. Las ocho personas "perdidas" en una casa de campo rusa están encarnadas por un reparto actoral notable, que ha recuperado para el teatro a dos grandes damas, Rosana Pastor y Paca Ojea.

Al salir de Tío Vania es posible que sienta identificado en la impresión del escritor revolucionario Maxim Gorki ("como si un viejo serrucho me hubiera partido en dos"); o la de un espectador moscovita en 1899 ("no consigo desprenderme del encanto de la escena, como si hubiera pasado un tiempo en un pequeño mundo lejano y lleno de vida"); o la del director contemporáneo Peter Brook ("Chejov es el dramaturgo del movimiento de la vida, a la vez sonriente y serio, entretenido y amargo").

(Ruben Plaza)