Los Gigantes, Kilikis y Cabezudos son sin duda alguna uno de los mayores atractivos, al menos para los y las txikis, de las fiestas en la mayoría de localidades navarras. En Tafalla, sin ir más lejos, están el Rey, la Reina, el Chino, la China, el Negro y la Negra. Seis gigantes con más de cien años de historia. No obstante, desde hace diez años, estas centenarias e históricas figuras comparten protagonismo con Florencio, Francisca, Aingeru y Aintzane, los gigantes de la joven comparsa de Asier Marco, la cual el pasado domingo 30 de junio, ofreció un espectáculo muy emotivo en el atrio de Santa María de Tafalla para celebrar sus diez años de andadura. Durante la más de hora y media que duró el show, Asier y su cuadrilla de giganteros no estuvieron solos, y es que sobre el escenario los acompañaron, además de la lluvia, La Banda de Música La Tafallesa, el trío Mare-M, la acordeonista Ainhoa Quintana, la soprano Arantza Irañeta, la Coral Tubala Uxoa y la Agrupación Coral Tafallesa, la Escuela de Jotas Hermanas Flamarique, Tafallako Dantza Taldea y el Grupo de Gaiteros Gaitamara. Tampoco faltó, como invitadas honoríficas, el dúo de artistas Maruxak. La ocasión lo merecía.
Este colectivo nació, entre amigas y amigos, en el año 2014, con la intención de revitalizar el folklore navarro: esas amigas y amigos que imitaban bailes dieron forma a sus propios personajes, haciendo realidad su sueño a través de cuatro figuras de fibra de vidrio, madera, resina de poliéster y tela, mucha tela. “Florencio Alfaro es el primer gigante que hicimos. No nos costó mucho elegir al personaje, ya que sabíamos lo que queríamos: nada de reyes ni de razas, tenía que ser algo local, alguien del pueblo. Florencio vivió en un momento muy jodido de la historia y su vida nos encajaba con lo que teníamos en mente, así que con la ayuda de mi padre y mi abuelo nos pusimos manos a la obra”, explica Asier. Francisca era la mujer de Florencio, así que la pareja ya estaba formada.
Un año más tarde, en 2015, llegaron más figuras: Aingeru y Aintzane. “Para crear una nueva pareja de gigantes queríamos seguir el hilo de la época, que fueran personajes jóvenes y que supieran bailar para poderles poner la ropa de la Pilindros de Tafalla. Al final nos decantamos por hacer dos dantzaris. Les puse ese nombre en honor a mis abuelos Ángel y Gloria”, nos explica Asier. Actualmente, la Comparsa Asier Marco está formada por 20 componentes y durante todos estos años han bailado en escenarios tan importantes como el Carnaval de Dax, el Concurso de Azpeitia, el Nafarroaren Eguna de Baigorri, el Nafarroa Oinez de Tafalla o, incluso, el Palacio de Congresos y Auditorio Baluarte.
Gigantero de cuna
La pasión de este joven tafallés por estas figuras supera todos los niveles. Bailó su primer gigante cuando tan solo tenía tres años de vida. No fue uno de los grandes obviamente, sino uno de su tamaño que su padre Eduardo confeccionó expresamente para él. “Se puede decir que esto de los gigantes lo he ido mamando desde pequeño, como cualquier otro chico o chica. Mi padre me hizo un gigante, el rey, en el año 2000 y ahí empezó todo”, recuerda Asier. “Tres años más tarde hicimos a la reina y con los amigos de la cuadrilla salimos detrás de los gigantes del Ayuntamiento de Tafalla a bailarlos”, añade.
Con el paso de los años, Asier fue cogiéndole el gustillo a eso de salir a bailar los gigantes, por lo que no dudó un segundo en formar parte de la Comparsa del Ayuntamiento. Sin embargo, esta se le hacía a poco. “Al final los gigantes del Ayuntamiento dan para lo que dan. Salen cuatro días contados al año y si te gusta este mundillo, muchas veces te quedas con las ganas de actuar más. Además yo estaba acostumbrado a bailar mis gigantes y quería más”, relata. Esas ganas hicieron que junto a su primo y varios amigos empezaran a bailar por su cuenta en pequeñas fiestas de barrios o de localidades vecinas como Pitillas.
Costes económicos
Para él, lo más gratificante de salir con los gigantes es ver la cara de alegría de los niños y las niñas, esa misma cara que años atrás tenía el al ver al Negro, la Negra, el Chino o la China. Sin embargo, el poder dar eso que los niños y niñas piden no siempre es fácil, ya que los costes económicos que conlleva cuidar de toda una comparsa son muy elevados. “Sufragamos los gastos pero… con el agua al cuello siempre. Una salida te supone alrededor de 1000 euros entre pagar el camión y la gasolina para trasladar a los gigantes y la comida para toda la comitiva, que no es poca”, comenta. “Y cuando vamos a pedir más subvención, muchas veces lo ven como si fuésemos a pedir, y en realidad no ven que vamos a dar, a ofrecer un servicio. No te estamos pidiendo mil euros para una gigantada. Te estamos ofreciendo una gigantada, llenándote el pueblo de gente, de música, pero sobretodo de ambiente, por mil euros”, finaliza.