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Despedida festiva a falta de San Ignacio
El Día de Santaneros y el de las Cuadrillas se vio acompañado por un tiempo con buena temperatura y sin lluvia
Despedida festiva, a falta de la jornada dedicada a San
Ignacio, a la que llegábamos tras la jornada dedicada a la patrona, que
en ese continuo e intenso programa de actividades, acompañadas, además
de un largo fin de semana, nos hacía retroceder a la tarde del sábado
para asistir ya al desembarco de todo tipo de artilugios sobre ruedas,
instalaciones a pie de calle o plaza, e infinidad de disfraces, por el
casco histórico.
Ambiente previo a la tamborrada matutina, de año en año
más madrugador y bullicioso, que a la Comisión de Fiestas le toca
organizar para permitir la convivencia con las demás actividades
festivas y con el vecindario.
Una tarde-noche de disfraces, que curiosamente va
olvidando su origen, la tamborrada matutina, ya que apenas contó con 40
integrantes en cada una de las compañías de tambores y barriles.
Procesión
La Banda de Irun, con motivo del 500 aniversario de la Cofradía de Santa Ana, como colofón a su concierto, interpretó la Marcha de Villafranca
del maestro Gurrutxaga, acompañada por una representación de las
compañías de tambores y barriles, más la coreografía de Jesús Mari
Garate. Segunda ocasión (fiestas de 2007) en la que tenía lugar esta
puesta en escena, que se llevó una auténtica ovación.
Espectáculo ecuestre
El tendido de sol de la Monumental de Idoiaga, coso
taurino que se va a anotar otro exitazo, sudaba la gota gorda pero
disfrutaba del espectáculo ecuestre, único, que ofrecía la escuela de
equitación, 'El Centauro', de Valladolid.
Juanra Goiburu, alma máter de la peña taurina El Albero
se mostraba encantado con el espectáculo y con la respuesta del
público. Goiburu reseñaba, que de repetirlo, quizá sería más apropiado
celebrarlo en horario nocturno, y lo que son las cosas, haciendo un
esfuerzo por retirar las dos farolas que ahí están, en el albero.
Iluminación (visto desde el lado positivo, resguardo ante el astado),
con la que contarán muy pocas plazas.
Y en la Plaza Mayor, solemne capítulo extraordinario y consiguiente esku dantza de santaneros,
capítulo, que como manda la costumbre presidió el alcalde de la
localidad, José Miguel Santamaría, que reunió en el salón de plenos, a
las 6.30 de la tarde, a los cofrades que en su día ejercieron como
aurreskus, atzeskus, primeras y segundas damas, a los que tras
recordarles que se cumplían 500 años de la ratificación de las
ordenanzas de la Cofradía, la misma se reunía en sesión extraordinaria
con el fin de celebrar una esku dantza especial.
El alcalde exhortó a los cofrades y cofradesas a velar
por la tradición y continuidad de la Cofradía y «enseñen a las futuras
generaciones el valor de una costumbre de la que los y las ordiziarras
se sienten orgullosos».
La Cofradía levantó acta de la sesión y en el libro
firmaron todos los allí presentes. Sirva como anécdota, que lo hicieron
con un humilde 'bic'.
En el salón de plenos mucho calor, emoción contenida, 53
varones, 58 féminas, traje, corbata y txapela para ellos, y mantón de
Manila para ellas.
Abriendo la cuerda, el alcalde, como manda la costumbre,
y a partir de ahí el rum rum ronroneaba. Como aurresku, Juan Vicente
Erauskin; atzesku, Peio Gaztañaga; primera dama, Alejandra Iturrioz;
segunda dama, Mª Eugenia Lekuona; mayordomos, Iñaki Balluerca, Jesús
Mari Garate, Iñaki Hidalgo y José Luis Ormaetxea.
En la cuerda, padre e hijo de la mano; el decano de la
Cofradía Fernando Garate, y su hijo Jesús Mari. Primera y segunda
generación que se repetía con los Balluerca y Madrazo, y cinco
participantes con el apellido Aizpurua.
Tres hermanos en la misma hilera enlazada: Peio, Imanol y Mikel Gaztañaga, matrimonios, etc, etc.
En ese universo de simbologías, matices y detalles que encierra la esku dantza,
tan especial aniversario acuñaba un pañuelo conmemorativo para ese
momento en el que la cuerda masculina, deja de ir de la mano, para dar
la bienvenida a las chicas y seguir entrelazada, una cuerda impar y
generosa en número que llevaba a ocupar, de manera totalmente inusual,
tres cuartas partes de la Plaza.
Una esku dantza especial o extraordinaria que brindó una tercera reverencia (Agurra),
en doble fila en la que bailaron: Santos Madrazo, Diego Sánchez, Jesús
Mari Insausti, Luis Aizpurua, Jesús Mari Eguren, Manuel Echarri, José
Mari Insausti e Ignacio Mendiguren, todos ellos frente al Ayuntamiento.
Y en el otro extremo de la Plaza: Peio Echevarrieta, Pablo Martínez de
Santos, Aitor Madrazo, Antxon Arrieta, Miguel Ángel Aizpurua y Joseba
Juárez.
En el reforzado grupo de txistularis, viejas glorias locales como Garmendia o Aizpurua.
Un capítulo extraordinario que queda así para el presente, y cómo no, con el mismo carácter solemne, para la posteridad.
En el Beti Alai, convertido en sauna, cabreo del
respetable por la escasa faena y convencimiento de la grada en el
sentido de que Irujo quiso sumarse a la celebración de Santaneros.
La Cofradía ayer lunes, volvía a editar un nuevo
capítulo, el correspondiente al ejercicio festivo anual, en el que
tomaron parte 17 parejas.
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