Derroche artístico

Crítica, El Espíritu de la Danza

La exigencia individual y colectiva de la elasticidad corporal, de la gestualidad consiguiente, del mimo en ciertos casos, de la disciplina artística personal y coréutica, del brío juvenil y de la coordinación ajustada entre el frenético ritmo dancístico y la música, en la mayor parte enlatada, requiere una preparación y dominio corporal y mental transmisibles. Y esto es lo que logra la Compañía de Danza Internacional Irlandesa en este espectáculo.



Durante toda la primera parte reinó el tap-dance irlandés en variantes agrupaciones, intercalándose bosquejos de musical en ballet clásico, puntual violín irlandés a cargo de un sowman movido, otro sowman rítmico agitando al público a colaborar en palmeo rítmico, etc...



Siguió durante la segunda parte el redoble del tap-dance entremezclado con aires de music-hall, can-can, etc... logrando las delicias del público, propenso al ritmo y a congraciarse con un ágil, animo- so y batido espectáculo, bien geométrico, bien saleroso, capaz de animar al más negado.



Los cerrados aplausos lograron alargar mínimamente la trepidante actuación de la Compañía de Danza Internacional Irlandesa. -



OTXANDIO