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Decepcionante despedida
Crítica, Julio Bocca
La función arrancó con algunos cambios, agregándose al inicio un
fragmento de la obra Desde lejos de Mauricio Wainrot que aportó
dinamismo, velocidad y musicalidad extrayendo de los bailarines un gran
ejercicio gimnástico-musical pero que, por otro lado, mostró poca
profundidad coreográfica. El paso a dos de Adiós Hermano Cruel fue el
momento más intenso de la noche sostenido por la exquisita
interpretación de Cecilia Figaredo que contribuyó con una sobresaliente
técnica y una profunda expresividad. Julio Bocca por su parte, mantuvo
una discreta interpretación en las distintas piezas prescindiendo de
alardes de virtuosismo y resolviendo con solvencia pero sin gloria sus
distintos papeles. Sinatra Song Suite resultó ser un trabajo muy bien
interpretado en su conjunto. En él el cuerpo de baile de la compañía
brilló con especial elegancia y vistosidad, sin embargo, la coreografía
en sí desprendía una sensación de deja vu (no en vano esta obra fue
compuesta 15 años atrás ) Y llegó el descanso con una impresión no
demasiado convincente y aguardando una segunda parte más sólida, pero
el pretendido lirismo de Cruz y Ficción de Ana María Stekelman cerraba
fatalmente la velada en lo que fue una composición de exigua reflexión
asentada en un lenguaje coreográfico básico y reiterativo que fue
tornándose grandilocuente y vacío de contenido. Un gran fiasco en lo
que se refiere a esta última creación de la coreógrafa argentina. Por
si fuera poco, la iluminación llamó la atención por su planteamiento
grueso y poco elaborado a lo largo de toda la función.
El resultado fue un espectáculo plano y algo aburrido en el que los
bailarines fueron los únicos que mantuvieron la calidad sobre el
escenario. El respetable aplaudió con disciplinado fervor al gran
bailarín y a su compañía, que correspondieron con unos extraños y
breves saludos.
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