Concentración, clase, elegancia y precisión son algunos de los conceptos que definen la primera edición del concurso internacional de danza clásica –Developpe Dantza– que está acogiendo desde el viernes la Sala BBK de Bilbao. Para alcanzar la final es necesario bailar de puntillas y con mucha delicadeza sobre el escenario principal del lugar.

Estar focalizado en no querer fallar en la puesta en escena se evidencia en los rostros serios de los competidores, que únicamente piensan en salir al escenario para mostrar su mejor versión. Lo han hecho ante la atenta mirada de familiares que señalan mostrarse "muy orgullosos" de ver "la forma en la que se desenvuelven en el escenario".

A lo largo del día, las personas participantes han ofrecido al jurado y al público entre los que se encuentran familiares de las y los bailarines su mejor versión. Con la mayor delicadeza posible, se han deslizado de un lugar a otro del escenario al ritmo de la música.

Una pasión hecha realidad

Momentos antes de salir al escenario los nervios por querer hacerlo lo mejor posible son visibles en la cara y los gestos. Sobre el escenario, fluyen al compás de la melodía y, pese a cometer algún error, el baile continúa su curso. La primera impresión que cada participante tiene sobre la actuación realizada es visible según van bajando del escenario con una sonrisa o con alguna que otra lágrima.

La idea de crear un evento de estas características llevaba años en el pensamiento de los fundadores, Igor Yebra y Jone Goirizelaia. "Surgió en diferentes conversaciones entre Igor y yo. Él tenía en mente hacer un concurso internacional de danza en Bilbao y como a los dos nos encanta la danza empezamos a darle vueltas a la idea y vimos que era posible organizarlo", apunta la abogada y política Jone Goirizelaia, vinculada también al mundo de la danza.

"Es una tierra de dantzaris", expone el bailarín profesional Igor Yebra. En esta ocasión, además de las tres categorías individuales de ballet clásico: infantil, entre 10 y 12 años; junior, de 13 a 15 y la categoría principal en la que participan jóvenes de entre 16 y 19 años, también hay dos categorías grupales sin límite de edad de estilo libre y euskal dantza. "Estamos muy contentos porque la respuesta ha sido impresionante y vemos que hay mucha cantera", matiza Jone Goirizelaia.

Potenciar la danza

El certamen, que nace con el objetivo de descubrir jóvenes talentos y ayudar a impulsar la carrera artística de jóvenes de entre 10 y 19 años, concluye esta tarde con las diferentes finales a celebrar. El cartel de finalistas está por determinar ya que la sección clasificatoria continuará desde primera hora de este domingo. "Nos queda un camino enorme", señala Igor Yebra.

Esta primera edición del encuentro de danza clásica cuenta con participantes procedentes de Euskadi, Nafarroa, del Estado y de Europa. Entre los objetivos se pretende fomentar la proximidad y el conocimiento de la danza, además de facilitar el encuentro entre estudiantes de danza y profesionales, dando oportunidades educativas y profesionales a las y los bailarines para ser un trampolín hacía una carrera en el mundo de la danza.

El nivel mostrado ha "sorprendido" a los organizadores. "Vemos que las personas que participan han trabajado mucho las cosas que presentan", añade Goirizelaia quien reconoce que "no es lo mismo una niña de 12 años que una de 19".

Jurado

Los encargados de debatir y seleccionar quiénes serán los ganadores de esta primera edición de danza clásica es un jurado internacional compuesto por: Charles Jude, estrella de la Ópera de París, presidente de la Fundación Lifar y miembro del Consejo Directivo de la Fundación Nureyev; Muriel Romero, directora de la Compañía Nacional de Danza; Leire Ortuerta, profesora del Royal Ballet School y bailarina de la Royal Ballet Company; Mónica Zamora, bailarina principal del Birmingham Royal Ballet y gobernadora del Royal Ballet de Londres a quienes se suma Mikel González, primer bailarín solista y profesor de Ballets Olaeta.

"Tienen tres cosas sobre la que se basan que son la cualidad física, la interpretación artística y la técnica", explica Igor Yebra.