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Danza y sentimiento
Crítica, Lucía Lacarra
Bailar con el alma se convirtió en la excusa perfecta para deleitarse con una completa gala, en la que se ofrecieron diez piezas de diferentes estilos dancísticos (clásico, neoclásico, contemporáneo y flamenco). Dividido en dos actos y con una duración de dos horas, el espectáculo vivió sus momentos más estelares con las cuatro actuaciones de la laureada bailarina guipuzcoana. Exquisitamente lírica en Adagio for strings, acrobática en Light rain, intensamente dramática en La Dama de las Camelias, sublime en Thais, Lucía se entregó al máximo a su público. Su gran cualidad es la pureza de la danza, nacida de su interior: la impecable técnica de Lucía, al servicio de su límpida alma y ese cóctel de sentimiento y técnica expresado, mediante el lenguaje de la danza. Pero ello sería menos deslumbrante sin el trabajo en equipo con Cyril Pierre. Juntos forman un tandem brillante que cosechó los mayores aplausos de la velada.
Tampoco anduvo a la zaga ese genio flamenco que es Antonio Márquez.
Tras sus Tientos, el sevillano provocó la locura en el patio de butacas
con su enérgico Zapateado de Sarasate. Márquez ha convertido su
maestría y elegancia flamenca en todo un arte. Luigi Bonino explotó su
vis cómica en ambas piezas -Coppelia y Charlot danses avec nous-,
resultando especialmente graciosa su participación en la segunda, con
dos fragmentos del homenaje de Roland Petit a Charles Chaplin. Menos
espectacular resultó la intervención de Beatrice Carbone y Andrea
Volpintesta, primero con el contemporáneo Le Parc y después con un
extracto del clásico La Bayadera.
Nuevo éxito en casa para Lucía Lacarra, en su vuelta al Victoria
Eugenia con su séptima actuación donostiarra. Diez minutos duró la
ovación cerrada que le dedicó el público asistente -gran parte en pie-
a la intérprete zumaiarra y, por extensión, al grupo de bailarines que
convirtieron la fría noche donostiarra en una cálida velada de danza,
con un innegable sello de calidad. Hoy, a partir de las 19.30 horas,
segunda y última oportunidad de deleitarse con esta gala plural de
danza y con el sentimiento de Lucía Lacarra.
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