Danza y música se fusionan hoy y mañana en 'Nora'

Nika Bitchiashvili al violín y Koldo Uriarte al piano serán los acompañantes de Urdangarin en el aspecto musical, dos habituales de muchos de sus caminos. Ahora comienzan una senda que, en realidad, tiene su origen en un trabajo de clase dentro del habitual funcionamiento de Traspasos. Pero como sólo sucede en ocasiones contadas, el resultado fue tan satisfactorio para ambas partes decidieron dar un paso más allá.

Mientras el disco Anek idatzi dit zutaz descansa del directo y Urdangarin piensa ya en lo que será su primer álbum, Nora es una excusa perfecta para volver al escenario, aunque sea de una forma bien diferente. Una decena de melodías intimistas en las que también hay espacio para el folk e incluso otros géneros como el fado componen un concierto que no es tal, ya que los sonidos, por medio de los bailarines, se convierten en movimiento, en expresión con el cuerpo.

Jugando con el título que da nombre a la obra (Nora , Hacia dónde ), el montaje propone un viaje emocional intenso donde entrelazar sentimientos e intentar hacerlos llegar. En realidad, esa el meta del camino, el público.

No hay un nexo común entre los distintos temas, más allá de formar parte de ese tránsito, como si fueran etapas a recorrer para llegar al destino, aunque unas con otras parezcan extrañas.

A los alicientes que de por sí tiene la propuesta compartida, hay que tener en cuenta que, en principio, éstas son las tres únicas actuaciones que están previstas, así que la ocasión es única.

Urdangarin en su último concierto en Vitoria.Foto: José Ramón Gómez