Danza multicolor y para todos los públicos

Amaya Lubeigt, Premio Dedicación a la Danza, cerró la decimoctava edición de la gala conmemorativa

La velada se inició con los estudiantes del Ballet Biarritz: Centre de Formation Professional en Danse, una joven pareja, en cuya primera intervención -'Adage'- pesaron los nervios y la responsabilidad. Extraído de su reciente estreno 'Geltokia', Aukeran bordó 'Bitsaren errautsak', una pieza a dos tiempos en las que sobresalió el fandango. La variación clásica de 'La Bella Durmiente', interpretada por Eukene Sagüés, sirvió como contrapunto para la posterior exhibición de las cinco féminas de Dantzaz, con 'Chameleon'. La primera mitad del espectáculo se cerró con la obra contemporánea 'Lego's', que ofreció el hondarribitarra Iker Karrera junto a su compañía 180º.

A ritmo de flamenco, Kelian Jiménez y su troupe desgranaron las esencias de 'Ángela, soleá por bulería'. Repitiendo en escena, los jóvenes biarrotas estuvieron más correctos en 'Sac de noeuds'. Fabian Thomé aúna en su personalidad artística contemporáneo y flamenco, cuestión que emergió con claridad en 'Entre sombras'. El punto de originalidad de Verdini Dantza Taldea fue la inclusión de un columpio en la intensa escena 'Donostia sutan'. Los zaragozanos de LaMov deleitaron al público asistente con una verdadera delicatessen, 'Siempre'. Amaya Lubeigt, Premio Dedicación a la Danza 2014, cerró la velada con 'Un viaje muy especial', obra que rezumó dulzura a raudales. Estilísticamente insertada en la corriente de la danza-teatro, la artista donostiarra supo disfrutar cada instante sobre el escenario de un Victoria Eugenia rozando el lleno. Las once eclécticas piezas de la XVIII Gala del Día Internacional de la Danza construyeron un espectáculo para todos los públicos y cosecharon una cerrada ovación de cinco minutos por parte de los asistentes.

Bailarines. La Asociación de Profesionales de Danza de Gipuzkoa reunió a casi medio centenar de intérpretes que representaban a diez compañías. La XVIII Gala del Día Internacional de la Danza fue posible por la colaboración desinteresada de los bailarines y el apoyo de Donostia Kultura.