Ilusión, emoción y alegría en el Día de la Asunción. Burlada ha celebrado este mediodía su gran fecha con la procesión de la virgen por las calles del municipio. Alrededor de las 11.30 horas, los diferentes grupos han puesto rumbo a la Iglesia de San Juan Bautista, donde estaba esperandpo la virgen de la Asunción. Vecinos de la localidad han disfrutado de la música y los bailes de los gigantes y de Larratz Dantzari Taldea.
Las personas que cruzaban la calle durante la procesión han sido recriminadas por los dantzaris de Larratz, que avisaban “por el medio no, por favor”. Más tarde, la plaza Francisco Zubiate Parrita ha vivido uno de los momentos más emocionantes de la mañana. La Coral San Juan Bautista, que el año pasado celebró su 75º aniversario, ha empezado a cantarle a la virgen. En ese preciso instante la música se ha parado y la calle ha enmudecido. “Es un día especialísimo”, ha afirmado Jorge Bordón, miembro de la coral.
Pero si por algo es conocida esta fecha en Burlada es por el baile en la plaza de la Iglesia de Larratz. “El grupo estrenaba cada 15 de agosto una danza, de cualquier sitio de Euskal Herria”, explica Pedro Romeo, coreógrafo de Larratz Dantzari Taldea. Hace uno años, a algunos miembros se les ocurrió crear unas danzas que fueran propias de Burlada. Con esa idea nació el ciclo de campaneros, “porque es el mote de los burladeses y burladesas”, añade. Dentro de la actuación, Catalina Viezma, responsable del grupo, es la campanera mayor. Viezma es la encargada de tocar la campana que va anunciando cuándo empieza y finaliza una actuación.
“El baile de las cintas es muy bonito. Igual es el más espectacular”, ha retomado Romeo. Además, ha afirmado que es el día más especial para el grupo de danzas. “La gente sale a la calle y disfruta. Es una satisfacción espectacular”. Sara Ciáurriz empezó a bailar cuando tenía 6 años. “Es muy emocionante y lo estamos viviendo con mucha alegría”, explica. Por su parte, Itxaso Zabalza menciona que “es nuestra primera vez aquí y es muy bonito”. Estas dos integrantes, de Burlada, han pasado de participar en el grupo txiki a pertenecer al grupo de mayores. “Estamos muy contentas porque es una experiencia nueva”, cuenta Zabalza. “Es un grupo de danzas que vale la pena, tenemos una gran confianza. Larratz es muy importante en nuestras vidas”, finaliza Ciáurriz.