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Dantzas que no entienden de género

El grupo municipal Duguna estrenó hace ya un año un traje que visten por igual ellos y ellas. Y engalana unos bailes que, para Leire Leza, representan una nueva identidad que han forjado entre todos y todas
Egilea
Virginia Urieta | Iñaki Porto
Komunikabidea
Noticias de Navarra
Mota
Albistea
Data
2018/07/14
Lotura
Noticias de Navarra

Ya definió Voltaire a los vascos en su Princesse de Babylone, hace cuatro siglos, como un pueblo “que habita y baila a los pies de los Pirineos”. Una máxima que se puede extender según territorios y costumbres pero que da buena fe, desde antaño, del arraigo popular que las dantzas han labrado en un entorno en el que, ahora, también han evolucionado. En tiempos censurados y perseguidos, los bailes han servido también para la lucha y la reivindicación, no sólo como elemento folklórico, y han pasado de estar relegados únicamente a los hombres a conformar piezas con las mujeres como protagonistas. Leire Leza, dantzari del grupo de dantzas municipal Dugune, lleva el baile en la sangre. Vecina de Pamplona, sus aitas formaron parte también del grupo en el que ahora ella se integra, fundado hace ya casi 70 años, y asume que es un orgullo representar a su ciudad y bailar frente al ayuntamiento en su día grande, el 7 de julio.

En San Fermín, señala, la sensación es diferente. “Bailar en la plaza es mucho más bonito que hacerlo en cualquier otro sitio. Es especial: se llena, está tu gente y tienes el respaldo de toda la ciudad. Es nuestra plaza -valora-. Ver que estás siguiendo con la tradición, darte cuenta de cómo han luchado las generaciones anteriores para conseguir cosas… Llegar hasta aquí después de tanto tiempo es bonito. Y estar en Pamplona y ver a la gente que te apoya, emocionante”. Es una manera diferente de vivir las fiestas porque a veces se tiene que ir antes a casa, o dormir menos, madrugar para bailar y retirarse a tiempo para rendir. Pero asegura que “merece la pena. Todo lo que sucede al día siguiente te compensa”.

Ha vivido también los cambios propios no sólo de un grupo y de una ciudad sino también de una sociedad y de unos valores que tiene bien claros. “Antes el hombre tenía mas presencia que la mujer en la calle. En las procesiones, los primeros que comenzaron a salir fueron ellos. La aparición de las mujeres fue muy posterior, aunque en nuestro caso el grupo de dantzas siempre se ha compuesto de chicos y chicas”, señala Leza. Asume que desde Duguna siempre han intentado que la presencia femenina no quede relegada a un segundo plano. Por eso ellas también utilizan palos, troqueles o espadas, elementos que antes “hubieran sido impensables” en manos femeninas. “Pero la historia ha ido conduciendo a que la mujer haya tenido que cubrir puestos antes sólo copados por ellos, incluso en el caso de dantzas que en algunos pueblos, por falta de relevo, han ido desapareciendo. Las mujeres han sido las que al final se han convertido en ese relevo. Por eso nosotros decidimos apostar por esa ruptura y hacer lo que hemos considerado para que ambos tuvieran la misma presencia”, explica Leza.

Ahora ellas ya son incluso mayoría en algunos grupos (en Duguna son 12 mujeres y 10 hombres) y aunque el reto, dice, es que siga habiendo presencia femenina, a ella le gustaría poder demostrar que las dantzas son cosa de ambos. “La dantza tiene necesidad de las mujeres y de su protagonismo, lo ideal sería un espacio en el que no existiera diferencia”. Precisamente para conseguirlo, hace ya un año, crearon sus propias dantzas, con su traje particular, que -además- no entiende de género. Y consiguieron adecentar la tradición con una idea que se ha ido fraguando poco a poco, una apuesta que recoge elementos de antaño y los recupera para convertirlos, fundidos con otros nuevos, en algo único y original. Las Troke dantzak, que se estrenaron el pasado 7 de julio, ponen ritmo y piel a una fiesta en la que, por primera vez en Iruña, las diferencias no tienen cabida.

“Sufrimos una pequeña crisis de identidad porque interpretábamos bailes de otros sitios pero no teníamos los nuestros, y decidimos crear unos propios: hacer algo nuevo, con sentido para nosotros y que se amoldara a la actualidad sin perder lo de antes”, revela Leza, que invita a reflexionar “sobre lo que se baila”. Ella apuesta por la novedad sin perder la tradición, pero reafirmándose en la integración que, asegura, “ha costado y va poco a poco. Se han dado muchos pasos y las mujeres estamos concienciadas, aunque reconozco que no ha sido solo por nosotras: hay hombres que han ayudado mucho y en nuestro caso todo el grupo ha pensado que había que dar pasos, evolucionar y adaptarnos a la actualidad”.

a bocajarro

¿Cuanto gasta el día 6? Como al día siguiente tenemos la procesión, poco.

¿Recuerda alguna juerga memorable en San Fermín? La comida con las diferentes generaciones del grupo de dantza y el posterior Karaoke.

¿Un acto fuera del programa? Las noches bailando con la Jarauta 69.

¿Su momentico? La procesión del día 7 y baile frente al ayuntamiento.

¿Un remedio para la resaca? Beber kalimotxo sin vino... No suelo tenerlas.

Leire Leza, en la plaza del Ayuntamiento donde bailó el pasado día 7 junto a su grupo.

Leire Leza, en la plaza del Ayuntamiento donde bailó el pasado día 7 junto a su grupo. (IÑAKI PORTO)

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