Dantzaris y fuegos diurnos

1979 En el cielo donostiarra explotan por primera vez fuegos artificiales diurnos. Es durante la Haurren Dantza Jaia, con quinientos pequeños dantzaris en La Concha.

La celebración de la Haurren Dantza Jaia de aquel junio del 79 resultó de lo más atractiva. Según informaba el DV, en la fiesta de los pequeños dantzaris «tomaron parte más de quinientos niños pertenecientes a distintos grupos de danzas de la provincia, siendo numeroso el público que, tanto desde la misma playa como desde la barandilla, presenció la actuación de los dantzaris».



Los chavales llegaron en autobuses hasta el Muelle, desde donde se dirigieron en animado desfile hasta la playa de La Concha. El tiempo salió bueno. O sea, nublado pero muy bueno para el festival. «El tiempo colaboró con la fiesta, debido a que la playa estaba desierta de bañistas dado lo cubierto del cielo, al tiempo que la temperatura animaba a acercarse al lugar del espectáculo».



Los grupos de pequeños dantzaris iban saliendo, solos o todos juntos, al enorme tablado instalado en la playa. La crónica dice que, para cuando terminó la exhibición a la 1 de la tarde, eran miles los espectadores apostados en el paseo y la propia playa.



Organizada por Euskal Dantzarien Biltzarra en colaboración con el CAT, aquella edición de la Haurren Dantza Jaia fue especial por dos atractivos paralelos a las danzas. Por la tarde hubo suelta de vaquillas por la plaza de la Constitución. Y al mediodía, el festival concluyó con la quema de una colección de fuegos artificiales diurnos que dieron que hablar. «Fueron unos fuegos artificiales a base de polvos de colores, pensados par su disparo en pleno día. Sin la vistosidad de los nocturnos, constituyó el aliciente de la mañana, debido que era la primera vez, que nosotros recordemos, que en San Sebastián se ofrece una colección similar».