Dantzaris de raíces de oro

En las fiestas de San Pedro recorrieron por primera vez las calles de Santurtzi en la bajada del año 1961. Desde entonces, no ha habido quien pare a los dantzaris y cabezudos de Mendi Mendi. La agrupación tiene más de cincuenta años y son más de 80 los dantzaris que actualmente se visten defendiendo su
nombre. Dantzaris con raíces de oro que acaban de recoger el reconocimiento de toda la localidad con la inauguración de una escultura en su honor instalada en el barrio santurtziarra de Kabiezes.

Los locales parroquiales del barrio ya acogían, a finales de la década de los cincuenta, los planes de formación de este grupo de dantzas, que finalmente vio la luz en 1961. Su objetivo princial ha sido siempre la investigación y difusión del rico folclore de Euskal Herria, haciendo un gran esfuerzo por no desvirtuar ninguno de sus detalles y plasmarlos más tarde en la danza. Así, desde hace 50 años, sus bailes y espectáculos se dejan ver en los días más especiales de Santurtzi; algo que hace un par de años les hizo merecedores del Premio Santurtzi. No es para menos ya que el grupo trabaja mucho por el municipio. Ellos mismos recuperaron la comparsa de gigantes: el párroco Don Elías, las sardineras La Sotera y la Bella Charo o el cocinero más reconocido de la localidad marinera, Jose María González Barea, Currito, y desde 1995 también forman parte del grupo la sardinera y el arrantzale; dos figuras arrinconadas y olvidades en una lonja cercana al puerto que lograron recuperarse gracias a la ayuda del Ayuntamiento.

Con ellos sobre los hombros, los comparseros trasmiten la historia de Santurtzi allí por donde van. Y no se quedan solo en Euskadi, ya que hace unos años fueron todos, gigantes incluidos, hasta un festival de Toulouse, en su primer viaje fuera de las fronteras vascas.

EL RETO DEL FUTURO Niños, jóvenes, adultos y gigantes forman Mendi Alde, un grupo de danzas que en Ezkerraldea ya no necesita presentación. Su reto  durante estos últimos años ha sido, y aún lo sigue siendo, transmitir la ilusión de la dantza a los más jóvenes del municipio. O en otras palabras, llevar la ilusión de la danza a las nuevas generaciones que cuentan con una gran cantidad de alternativas de ocio, culturales y deportivas. No les va mal, como se
demostró hace unas semanas en la fiesta que vivió su barrio, Kabiezes. La agrupación cultural vio su sueño hecho realiadad, recuperar su pasado, refrescar la memoria acerca de cómo era Kabiezes años atras, cuando únicamente se veían campas y caseríos blancos repartidos de un lado a otro. La iglesia, el mercado, el estanco... Todos esos lugares especiales que ahora, tras la transformación del barrio se han alejado de la memoria.

Para recuperarlos, los miembros de MendiAlde recopilaron decenas de fotografías, alguna de ellas con más de cien años de historia. Como homenaje por todo ese trabajo de recuperación histórica, se ha inaugurado una nueva escultura que recuerda el importante papel que ha desarrollado durante estas cinco décadas Mendi Alde en Santurtzi. En ella se puede observar la figura de dos dantzaris en plena actuación, que serán vistos por millones de personas ya que se ha  colocado cercana a la nueva salida del metro.

Santurtzi y su mundo cultural no sería el mismo si unos intrépidos –quizá en la época muchos les tomaron por locos– no se hubiesen esforzado por poner el folclore en el lugar que se merece.

Estos son, sin duda alguna, solo sus primeros 50 años. Aún queda camino por delante.