Cuatro coreografías para hablar de comunicación

El director de Dantzaz konpainia, Filgi Claverie, aseguró en la presentación de 'Mintzo' que para este año 2010 habían realizado una «apuesta radicalmente distinta» sobre el contenido del repertorio. «Hemos trabajado con diferentes coreógrafos para intentar mostrar un abanico amplio de lo que se está haciendo y esto lo hemos intentado hacer con coreógrafos emergentes». Y de «emergencia», apuntaron a renglón seguido y entre risas las dos coreógrafas presentes en el acto, Hilde Koach y Jose San Martín.

La primera coreografía de 'Mintzo' se titula 'Dis-Connected', realizada por Sophie Antoine -bailarina francesa (Niza, 1988)-, que trata del primer encuentro entre nueve bailarines de diferentes procedencias, que tienen una enorme dificultad de comunicación hasta que consiguen seducirse a través de la danza y el lenguaje corporal y revelar sus diferentes personalidades. A través de esta pieza, Antoine -que llevaba desde 2008 en Dantzaz konpainia y que este año ha sido fichada como solista del Ballet de Núremberg- muestra el deseo de acercamiento y la sensibilidad creativa del lenguaje corporal.

Hilde Koch presenta dos piezas en 'Mintzo': 'Torque' y 'Smoke Rings'. La primera es «una propuesta muy original» en la que la improvisación, tanto en la música como en el baile, es una herramienta esencial en su composición. Para 'Smoke Rings', que será estrenada el sábado, Hilde se apoya en el «ritmo machacón» de Laurie Anderson para encontrar la uniformidad, «con otro tipo de lenguaje», entre los cuatro bailarines que interpretan la coreografía.

'Mintzo' se cierra con 'Gorputitz', una pieza coreográfica creada para este espectáculo por la donostiarra Jone San Martín -actualmente bailarina en The Forsythe Company-, en la que ha querido salirse «del contexto luz, música y acción» -comentó la propia coreógrafa- «para explorar más el espacio en el escenario». San Martín, que alabó la función de Dantza konpainia como «puente para conocer y comunicar con lo que hay fuera», dijo que en 'Gorputitz' -que se sirve de la música de Mozart- trabajaba con los nueve bailarines de la compañía.