Dokumentuaren akzioak
«Cuando vuelvo enriquezco el país»
Asier Uriagereka, bailarin. Primer bailarín en Les Ballets de Monte-Carlo, trae a su tierra «cosas que el público no ha visto»
«Cuando
vuelvo enriquezco el país: traigo cosas que el público no ha visto»,
comenta con un acento sin definir, por las múltiples influencias
culturales. Uriagereka actuó anoche en el Palacio Euskalduna, y volverá
a hacerlo hoy en la primera gala internacional 'Los vascos y la danza',
organizada por la recién creada Asociación Bilbao Ballet Elkartea
(ABBE).
-Usted no para de bailar. Sin embargo en Euskadi no se conocen sus logros. ¿Da rabia?
-Más
que rabia, da pena que no vean el trabajo que hacemos los bailarines de
aquí que estamos fuera. Pero da mucho placer cuando vuelves a casa y
enseñas tus frutos.
-La gala es una buena carta de presentación.
-Sí, los bailarines que están en esto son grandes profesionales.
-¿Es emotivo bailar aquí?
-Saber
que tienes al público de tu parte es una diferencia enorme. Cuando
tienes delante a gente que conoces, que piensa como tú... te sientes
inmediatamente en casa.
-Pero en Montecarlo recibe el reconocimiento del público.
-Lo
que falta en Euskadi es que haya un público de ballet; es decir, crear
una cantera como sucede con el fútbol. En Montecarlo la gente nos para
por la calle, te dice si les ha gustado o no el espectáculo...
-¿Qué le llevó hasta allí?
-Un
estilo de danza. Encontré en mi director, Jean-Christophe Maillot, una
forma de pensar, una forma de expresión, tanto intelectual como
artística, que me atrapó.
-Estuvo antes en la escuela del Royal Ballet de Londres, en el Ballet de Birmingham... ¿Qué ha aprendido de todos ellos?
-Siempre
quise tener una carrera más clásica, pero me he dado cuenta de que en
otras técnicas y otras formas de expresión me encuentro más a gusto y
me explico mejor.
-Ha trabajado con Nacho Duato, más contemporáneo...
-Es otra forma de expresarse y otras técnicas de danza muy bonitas estéticamente.
-Muchos se quejan de que exista sólo una compañía pública en España con un repertorio limitado.
-Cuantas más compañías mejor, pero no hay que quitarle mérito a la Compañía Nacional de Danza.
-¿Es posible hacer carrera de bailarín aquí?
-Hay
mucha gente que lo ha hecho. Han estudiado aquí y, luego, ya de
profesionales, les ha apetecido mirar al extranjero para experimentar
otras cosas.
-Pero los que se marchan suelen esgrimir que es porque no había más posibilidades. Entonces, ¿cuál es el verdadero motivo?
-Es
por una cuestión de calidad en el trabajo. Y porque sientes que en
otros países la danza está apoyada por todas las esquinas: por el
público, por las autoridades.
El estudio, nuevo hogar
-¿A qué edad decidió dedicarse a este mundo?
-Con
cuatro años ya lo sabía. Pero profesionalmente fue a los catorce años
cuando mi profesor, Ion Beitia, me dijo que podía hacerlo, que tenía
talento y debía dedicar tiempo para trabajar una técnica.
-¿Cuándo abandonó el hogar?
-El hogar lo abandoné en el momento que decidí dedicarme a la danza. El estudio de danza se convierte en tu nueva casa.
-¿En su familia había precedentes?
-No. Mi aita era pelotari profesional en el Deportivo de Bilbao. Y mi hermana Nerea es jugadora del Athletic.
-Profesiones muy variopintas las de su familia.
-Un poco. Aunque la mía es un poco más artística, sigue siendo física y deportiva. El entrenamiento y el enfoque es parecido.
-Además, todas ellas están muy marcadas por la diferencia de sexo.
-Sí
(risas). En la danza hay más mujeres a nivel escolar y creo que es por
los padres. Suelen empujar más a las niñas a bailar; los niños van por
su propia cuenta. Pero en la compañía que estoy somos la mitad hombres
y la mitad mujeres.
-¿Fue fácil convencer a sus padres?
-Eso
fue lo que más me costó, porque no conocían este mundo. Luego vieron
que podía hacer una carrera de ello y me apoyaron. Mis padres siempre
han tenido una mentalidad abierta: apoyaron lo mismo a mi hermana
futbolista y a mi hermano carpintero...
-¿Ser bailarín es un modo de vida?
-Una vez dentro es como una terapia, porque estás continuamente luchando contra ti mismo, física y emocionalmente.
EL PERSONAJE
Asier Uriagereka (Bilbao, 1975) estudió danza con Ion Beitia.
En1993 gana el Prix de Lausanne, lo que le abre la Royal Ballet School.
En 1995 entra en el Birmingham Royal Ballet. En el 2001 se incopora a
Les Ballets de Monte-Carlo. Y en 2004 es nombrabo bailarín principal de
la formación.
'Los vascos y la danza', una reivindicación del ballet
'Los vascos y la danza', que quiere ser germen de una temporada estable
de ballet en Bilbao, ofrecerá hoy a las 20.30 horas en el Euskalduna su
segunda y última representación. Bajo la dirección artística de Igor
Yebra, una decena larga de bailarines vascos vuelven a casa para
reivindicar las oportunidades que a ellos se les negaron.
Dokumentuaren akzioak