La carta de presentación de Carlos Marques-Marcet (Barcelona, 1983) incluye 10.000 KM (2014), Tierra firme (2017) y Los días que vendrán (2019). Significativamente, esos tres largometrajes, que preceden a Polvo serán, buceaban, de uno u otro modo, en el mundo de la natalidad, en la pareja, el amor, la introspección y el sexo. Con el poema de Quevedo como enseña, Marques-Marcet radicaliza su puesta en escena. Sigue anclado en la relación de la pareja pero, ahora, habla desde la muerte del polvo enamorado.
Formado entre la Pompeu Fabra y la UCLA de Los Ángeles, y alejado de los senderos convencionales del cine español, Marques-Marcet pertenece a ese indefinible grupo de cineastas que practican un cine a contracorriente, a veces bizarro, a menudo grotesco y siempre personal y excéntrico. En Polvo serán la apuesta consiste en fundir la última mirada, esa angustia existencial que tanto cultivó el Bergman de El séptimo sello, Gritos y susurros y Saraband, la que retrataron con extremo desgarro Sokurov, Wenders, Kurosawa, Visconti, Ozu, Kieslovski, Arcand y tantos otros, con la edad de oro del musical de Hollywood.
¿Extravagancia? ¿Disparate? Ese era el riesgo. El resultado, con la presencia fascinante de las coreografías de La Veronal y la voz de María Arnal, resulta difícil de evaluar porque en su interior se zarandean demasiados sentimientos, demasiadas emociones y algunos prejuicios. Desde el primer segundo, Marques-Marcet muestra sus cartas. Todo pertenece a la representación de la Danza de la muerte. Como las pinturas de los esqueletos del castillo de Javier en la capilla del Cristo de la Sonrisa, Polvo serán se enfrenta a la parca bailando.
Siempre inclinado a forzar una vuelta de tuerca, a levantar el penúltimo velo, Marques-Marcet forja aquí su película más medida, más ambiciosa. Con una vanitas arranca un viaje hacia el último suspiro para proponer un disparate romántico en una sociedad dislocada. En su fusión entre lo coreográfico y el melodrama, entre la reflexión y el exaltamiento, se alumbra un filme más vital que profundo. En él se mezcla el estupor con el ultrarromanticismo.
Polvo serán
Dirección: Carlos Marques-Marcet
Guion: Carlos Marques-Marcet, Clara Roquet y Coral Cruz
Intérpretes: Ángela Molina, Alfredo Castro, Mònica Almirall Batet y Patrícia Bargalló
País: España. 2024
Duración: 106 minutos