Desde que Amador Cernuda Lago descubrió el psicoballet en Cuba no ha dejado de investigar al respecto. Cernuda es subdirector y profesor del Instituto Universitario Danza Alicia Alonso de la Universidad Rey Juan Carlos, además de premio internacional de investigación en psicoballet en la Habana. El psicólogo, que coordinó el pasado sábado 27 de junio un simposio sobre los efectos emocionales y cognitivos de la danza en uno de los congresos de la UPV/EHU en el Palacio Miramar de San Sebastián, asegura que "el psicoballet es algo muy innovador porque aporta soluciones desde terapias no farmatológicas".
– ¿En qué consiste el psicoballet?
– Es una terapia original de Cuba que mezcla aspectos psicológicos y las ventajas que aporta la danza. Este tratamiento fue creado en los años 70 por Alicia Alonso, directora del Ballet Nacional de Cuba; la psicóloga Georgina Fariñas y el doctor Eduardo Ordaz. En los años 80 la Unesco lo reconoció como una terapia de origen puramente cubano y desde entonces se aplica a enfermedades psiquiátricas, a personas con discapacidad... En España, desde 1989 estamos adaptando los métodos de Cuba a la población de aquí. Es algo muy innovador porque aporta soluciones interesantísimas desde terapias no farmatológicas, aplicadas tanto a problemas educativos como clínicos. Con la danza podemos mejorar la capacidad cerebral y de aprendizaje de los niños, además de ayudar a personas con alzheimer o víctimas de violencia de género, entre otras.
– ¿Qué importancia tiene el baile en los niños hiperactivos?
– La danza demuestra que los niños hiperactivos pueden superar sus problemas sin necesidad de usar ningún tipo de fármaco. El efecto de las clases de danza dura un montón de horas. Suelen ser dos sesiones semanales de 45 minutos durante seis meses. Los padres y profesores de los niños que han trabajado estas técnicas en España nos han dicho que les han notado una gran mejora en la concentración y atención. Los análisis realizados también demuestran ese progreso. Esto es espectacular. La danza es una técnica física muy interesante porque hace una fortaleza con los dos hemisferios cerebrales y gracias a esos movimientos ayuda a madurar mucho mejor el cerebro y a desarrollar cualidades que de otra forma no se podrían desarrollar. Cuando un niño hace otras actividades su cerebro no cambia, pero con el psicoballet sí.
– Entonces, ¿esta práctica podría sustituir a los fármacos?
– Muchos niños hiperactivos con los que hemos trabajado han dejado de tomar las pastillas, pero no podemos decir radicalmente que nos encontramos ante un sustituto de los fármacos. En el tema del alzheimer, por ejemplo, retrasa el deterioro cognitivo de la pérdida de memoria y ayuda a recuperar material cognitivo del pasado, sobre todo cuando al baile le acompañan canciones de la época que se quiere recordar.
– El arte está muy relacionado con las emociones. ¿Tiene algún tipo de resultado emocional el psicoballet?
– En enfermos psiquiátricos y personas con alguna problemática psicológica emocional también hemos visto mejorías. A fecha de hoy hemos tratado a 1.700 víctimas de violencia de género. Prácticamente el 95% ha podido superar sus problemas y ha perdido miedos. Además, como trabajan en grupo con gente que tiene el mismo problema, se potencia la dinámica grupal. Como psicólogo clínico, yo puedo tardar alrededor de dos o tres años en ver normalizarse a una mujer víctima de violencia de género. Los psicólogos trabajamos sobre la mente y el comportamiento. Con el psicoballet, en cambio, la mujer rompe los bloqueos musculares y la terapia mental y emocional se dispara. Por eso, lo que un psicólogo solo logra en unos tres años la danza lo puede conseguir en unos cuatro o seis meses. Esto es asombroso.
– ¿La gente es consciente de estos beneficios?
– En España no. Es una pena porque además de ayudar a erradicar el sedentarismo mejora la evolución del cerebro de las personas.
– En Canadá subvencionan a las familias que mandan a sus hijos a practicar danza con unos 500 euros mensuales...
– Así es. Para que un gobierno haga eso tiene que ver efectividad en los resultados de la actividad. Con la danza los niños empiezan a hacer ejercicio físico y además las trabas sociales se reducen, porque la gente está distraída con otras cosas y se alejan de prácticas peligrosas como pueden ser las relacionadas con las drogas. Asimismo, se evitan los problemas de salud y así se ahorra en el sistema sanitario y en fármacos. En otros lugares como el Caribe y Latinoamérica también hay políticas parecidas debido a las ventajas cognitivas, cerebrales y sociales del psicoballet.
– ¿Cuál es la diferencia entre Canadá y España?
– La falta de sensibilidad y conocimiento. La educación en España depende mucho de la ideología política que esté en el poder y, aunque llevemos más de treinta años trabajando, el concepto del psicoballet sigue sonando raro. Aquí todavía somos pocos los que estamos en esto, pero ya hemos obtenido resultados muy interesantes y positivos tanto a nivel educacional como social. En uno de nuestros últimos trabajos sociales, por ejemplo, cogimos un grupo de 32 prostitutas. De ellas solo dos siguen con el oficio, el resto han conseguido otros trabajos alternativos.
– ¿Se debería incluir la danza en los colegios como otra asignatura más?
– Claro que sí. El deporte rompe el sedentarismo, pero la danza, además de aportar todo lo que aporta el deporte tiene una importantísima influencia cognitiva. Esto hay que aprovecharlo de pequeño porque es entonces cuando el cerebro cambia. Una persona del mundo artístico tiene el cerebro más desarrollado que una que no pertenece a él. Debería ser una cuestión legislativa y una asignatura más en todos los colegios, como lo son las matemáticas. Tiene que estar generalizada con las mismas oportunidades para todos.
– Por tanto, ¿hay que empezar a bailar desde pequeño para conseguir esas ventajas cognitivas y cerebrales?
– Es lo más recomendable. La única forma de un mayor desarrollo cerebral es practicando este tipo de actividades con 7 u 8 años, cuando tienes 40 las consecuencias ya no son igual de buenas. Todo el mundo que está metido en las artes habitualmente empieza desde muy pequeñito.
Amador Cernuda Lago, en el Palacio Miramar de San Sebastián. / MICHELENA