Colorista y alegre Dantzari Eguna

Cerca de doscientos jóvenes fueron los encargados de poner en escena un amplio repertorio de coreografías, que interpretaron con elegancia y soltura. Y es que muchos de los protagonistas de esta cita llevan tiempo recorriendo las agendas festivas a ritmo de dantzas. Es el caso de las antzuolarras Eider Mendia y Miren Aranguren. Hace seis años que cultivan esta "afición" y aseguran que "días como el de hoy -por ayer- deben repetirse más a menudo". Mendia sostiene, al mismo tiempo, que de esta manera "contribuimos a mantener vivo nuestro folclore". E insiste en que cualquier excusa es válida para bailar, "no tiene porque ser sólo en fiestas".

El cielo lució encapotado durante la mañana, aunque por momentos, un tímido sol lograba abrirse hueco entre las nubes arremolinadas y grises. Pasados treinta minutos del mediodía, y tras la kalejira de rigor, los dantzaris comenzaron a desfilar por la Herriko plaza. Los más pequeños siguieron de cerca el espectáculo, algunos incluso se animaron a traducir en improvisados pasos las piezas de los txistularis.

En esta edición, fueron cinco los grupos participantes: Lore Gazteak y Arrostaitz de Arrasate, Oinarin de Antzuola, Urrats de Soraluze y los oñatiarras de Oñatz. Para la ocasión, escogieron un repleto programa que combinó dantzas de Iparralde, Bizkaia, Álava, Gipuzkoa y Navarra.

Más tarde llegó la hora de la comida y, una vez repuestas las fuerzas, le tocó el turno al segundo alarde. El broche de oro lo puso la degustación de costilla asada, que muchos acompañaron con un reconfortante trago de vino y sidra. Mientras unos mimaron el paladar a base de este sabroso aperitivo, otros ya empezaron a hacer planes para el próximo año.