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Clases de danza en plena calle

Desde los más pequeños hasta los más mayores, expertos y principiantes, todos disfrutaron en el curso de danza que se organizó ayer en el Erromeria Eguna de Errenteria

Egilea
María Cortés
Komunikabidea
Diario Vasco
Mota
Albistea
Data
2006/07/16

En esta romería que tiene lugar todos los años, el grupo Ereintza Dantza Taldea preparó numerosas actividades, entre las que las clases en plena calle fueron una de las más concurridas. Además de esto, la romería contó con una soka-dantza muy especial dirigida a los más veteranos. Los más pequeños disfrutaron de la actuación de Txirri, Mirri eta Txiribiton Junior., y para los marchosos se organizó la Erromeria Handia, en la Alameda, y la verbena en Zumardi.

Pero los primeros bailes tuvieron lugar en la plaza de Esmaltería. Con la plaza como escenario, la banda de música in situ y un profesor de baile, el numeroso público asistente, pudieron hacer gala de sus habilidades o simplemente aprender nuevos pasos en el cursillo rápido de danza dirigido por Aiko Taldea. «Somos un grupo de danza y de música, pero perseguimos crear interactividad entre la música y la danza; es decir, adaptar la música a la danza. Y la idea no es simplemente hacer bailar a la gente, sino darle elementos para que en el futuro sean capaces de aprenderlo solos», explicaba Patxi Laborda, integrante de Aiko Taldea, y profesor de danza.

El día soleado se convirtió también en protagonista. Las altas temperaturas que ayer azotaron Gipuzkoa hicieron que entre vecinos y visitantes empezaran a aparecer las primeras gotas de sudor, las primeras camisas remangadas y los primeros botellines de agua vacíos.

Pero a pesar del bochorno la acogida por parte de la gente fue muy buena. «Nos encanta venir. La semana que viene empiezan las fiestas, pero este es el 'chupinazo' para nosotros», comentaba Aintzane una vecina de la localidad.

Fuera vergüenzas

Con las primeras notas musicales los allí reunidos se fueron animando poco a poco a salir al centro de la plaza para bailar. «Siempre da un poco de vergüenza empezar, hasta que se animan», decía Laborda. Pero en pocos minutos los asistentes dejaron la timidez de lado y la plaza se llenó de boinas y pañuelos que se movían al ritmo que la música marcaba. «Nunca salgo de los primeros, pero acabo siendo de los que hay que echar de las fiestas», se reía Jon, un donostiarra que se acercó hasta Errenteria. También lo hicieron Eli y Elo, dos vecinas de la localidad, que llevaron a sus hijos para disfrutar con ellos de la actuación. «Solemos bailar durante el año, pero nos encanta venir porque siempre aprendemos algo nuevo», afirmaban las dos amigas.

Ni la música ni el baile tienen límite de edad. «Vengo sobre todo porque me va la marcha y para disfrutar de parte de nuestra cultura», explicaba Paqui Izaguirre, de Oiartzun, muy animada. De la misma opinión eran Itsasne y Maialen, dos jóvenes de la localidad veteranas en esta romería.

En apenas media hora, la plaza de Esmaltería bullía. La música inundaba todos los rincones, mientras en el centro de la plaza, un gran corro bailaba las danzas más típicas: soka-dantzas, fandangos y mazurcas. «Si comparamos Euskal Herria con otros sitios, aquí se baila mucho y bien. Sin embargo, la cuestión es que siempre se puede mejorar. Un refrán hindú dice que 'el bosque sería muy triste si sólo cantaran los pájaros que mejor cantan', y esta es la mejor manera de resumir lo que pasa en las plazas de los pueblos, la cuestión es llenar la plaza de gente que baile, no sólo de dantzaris profesionales», señalaba Patxi Laborda.

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