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Claroscuros en la escena vasca
Hace ya cuatro meses que bajó el telón del 2014 y Sarea, la plataforma interinstitucional de apoyo a las artes escénicas en la Comunidad Autónoma Vasca, ha presentado recientemente la memoria correspondiente a dicho ejercicio. Los datos que se desprenden de esta exhaustiva radiografía en los tres territorios históricos parecen apuntar en la buena dirección, con un aumento del número de funciones y espectadores.
Según dio a conocer el Gobierno Vasco hace un par de semanas, un total de 509.000 personas asistieron durante 2014 a las 1.835 representaciones ofertadas por la red vasca de teatros, con un ratio de 280 espectadores por función. Ello supone una “ligera tendencia a la recuperación” si se compara con los resultados de 2012, según destaca la plataforma, con un porcentaje un 4,5% mayor en lo que respecta al número de asistentes y un 6,6% en el total de las funciones.
“Los números nos permiten hablar con una sonrisa en la boca. El teatro está soportando la crisis con coraje. La afluencia de público ha aumentado, también el número de funciones, y Sarea está funcionando”, se congratulaba el viceconsejero de Cultura Joxean Muñoz en la comparecencia en la que fue presentada la memoria. Algo con lo que coincide Nekane Basterretxea, secretaria técnica de Sarea, quien destaca que a pesar de que “hay que tomar los datos con cautela, con prudencia”, sí que se aprecia una leve mejoría que esperan se mantenga en los próximos años. “Son los primeros resultados, pero dentro de unos meses profundizaremos en el análisis de estos aspectos”, explica.
Un análisis que permitirá a los 54 espacios que conforman la red saber “en qué momento estamos y cuál es la situación respecto al resto de teatros”, opina Ana López, directora del Auditorium Kultur Leioa. En el caso de la sala leioaztarra, no han notado una gran variación de espectadores en los últimos años: “Hablamos de una ocupación en torno al 65%, pero es muy difícil llenar la sala por la realidad especial de la localidad. Siempre nos hemos mantenido sin grandes bajadas ni subidas, pero hemos conseguido un público muy fiel con el que tenemos un feedback directo”.
Los datos muestran el germinar de los primeros brotes verdes en las artes escénicas vascas, algo que todavía parece no ser palpable entre las compañías e intérpretes. El actor y director de teatro Mikel Martínez y el bailarín y coreógrafo Edu Muruamendiaraz valoran positivamente los resultados, pero ambos coinciden al afirmar que de momento no han llegado a percibir esa mejoría en sus respectivas compañías. “Ojalá se cumpla ese repunte del que hablan los datos y en los próximos ejercicios notemos el aumento, pero en el caso de Aukeran (grupo de danza que dirige) todavía no ha sido así, concretamente hemos bajado en el número de funciones aunque nos mantenemos”, expone Muruamendiaraz, haciendo referencia al espectáculo Geltokian que estrenaron el año pasado.
En la misma línea se pronuncia Martínez, quien transmite que en estos últimos años la coyuntura económica ha hecho “más difícil distribuir el producto”. Sin embargo, destaca la “gran calidad” de las producciones teatrales vascas y espera que la ansiada recuperación comience a apreciarse “ya de aquí a unos dos o tres años”.
EL PEQUEÑO formato, clave Uno de los aspectos sobre los que arroja luz el informe son los teatros de pequeño y mediano formato -con una programación anual inferior a 50 funciones y un presupuesto de menos de 200.000 euros-, “claves en la recuperación de público” con 30.000 espectadores más que el año anterior (143.589 personas). Un crecimiento que, según la plataforma, obedecería a una mayor oferta y al incremento en el ratio de espectadores. “Se nota que este tipo de teatros han hecho una apuesta por elaborar programaciones de gran calidad y el público acude cada vez más”, subraya Basterretxea.
Por otra parte, los resultados inciden también en la cada vez mayor presencia de las compañías vascas en Sarea, con el 60% de la oferta cultural, y que en 2014 atrajeron a cerca del 40% del público. Una circunstancia que ponen en valor los entrevistados, señalando el “alto nivel de calidad” de estas compañías. “Están apostando por nuevas fórmulas y los espectadores están respondiendo”, opina la secretaria técnica de la red.
Algo con lo que coincide López, quien pone como ejemplo a Artedrama, la plataforma de artes escénicas residente en Kultur Leioa: “Nosotros tenemos un compromiso firme con las compañías vascas y el teatro en euskera, como con Artedrama, un grupo estable que solo trabaja en euskera y es nuestra compañía residente”.
apuesta por el euskera En lo que se refiere a la lengua en la que se desarrolló la programación teatral, el 69,2% de las obras destinadas al público infantil fue en euskera, por delante de un muy alejado 10,8% en castellano. “Las producciones orientadas al teatro familiar son casi todas en euskera y un hecho muy significativo es que ha habido algunas compañías de otras comunidades autónomas que se están lanzando a hacer versiones en euskera para actuar aquí”, revela la directora del espacio leioaztarra.
La programación destinada al público joven y adulto, por el contrario, sigue siendo mayoritariamente en castellano, con un 60% de las representaciones frente al 26,7% que pudieron verse en euskera. No obstante, desde Sarea destacan que a pesar de que estas últimas se han visto reducidas en los últimos años, “se constata una mejoría” en los datos referentes al público que se acerca a disfrutar de ellas, con 30.000 espectadores más en 2014.
“Nosotros nos hemos movido este año con Pankreas, en euskera, pero algunos compañeros de profesión que ofrecen versiones en euskera y castellano me comentaban apenados que en muchos sitios se habían decantado por la de castellano; y es verdad que la programación teatral en euskera se ha visto reducida”, se lamenta Martínez.
Sin embargo, se muestra esperanzado por esa subida de público, ya que muestra, según sus palabras, que “el teatro en euskera tiene una gran oferta y calidad”. Algo a lo que se suma el director de Aukeran, que también trabaja en euskera, quien destaca que a pesar de que “se programa poca danza en Euskal Herria”, han conseguido mantener “un público fiel”.
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