Cita con la danza

La localidad alavesa de Alegría celebró ayer bajo la lluvia la XXVII edición del Día del Dantzari alavés

A pesar de la adversa climatología y del trascendental partido del Alavés en Eibar, los cientos de aficionados y profesionales del baile vasco congregados en Alegría no quisieron perderse «por nada del mundo» esta cita anual, organizada por la Federación de Danzas Alavesas.



Leire Eguíluz es a sus 15 años una veterana de este encuentro. «Llevo bailando desde los tres años y hace nueve que participo en el Día del Dantzari alavés. Pero, a pesar de mi experiencia, sigo disfrutando como el primer día porque me encanta estar con mis amigas y el ambiente que se respira», confiesa.



Leire forma parte del grupo de Ametzaga 'Gaztedi Zukiatarra', uno de los 19 que ayer se dieron cita en la Llanada alavesa para, como ella, «bailar al son que más me gusta». Es el caso de los hermanos Ander y Miren Churruca, que llegaron desde Gopegi dispuestos a dar lo mejor de sí mismos. «Para algo tienen que servir los entrenamientos de cada martes, para hacerlo lo mejor posible. Además, este encuentro nos va a servir como entrenamiento, ya que el día 27 actuamos en la feria del caballo de Ondategi», afirmaba Ander satisfecho. Eso sí, él tiene muy claro qué es lo que más le gusta de este tipo de actos: «La comida. Si luego hay comida me voy más contento que contento», reconoce sin vacilar.



La cita comenzó a las 6 de la tarde, hora en que la Plaza Mayor del pueblo se convirtió en un hervidero de blusas y caseras que calentaban motores antes de emprender la kalejira hacia el polideportivo municipal, donde se celebró la exhibición.



Cena popular



En total, 554 dantzaris subieron al escenario para interpretar un variado repertorio, compuesto por diez bailes entre los que destacaron 'Txantxo Dantza', 'Mendiko', 'Lecea' o la 'Jota de Laguardia'. Tras el esfuerzo realizado, y ya con el estómago vacío, todos los que quisieron pudieron disfrutar de una cena popular, en la que un total de 600 personas, entre dantzaris y vecinos del pueblo, pusieron el broche de oro a una jornada llena de ritmo y auténtico sabor alavés.