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Centenares de bailarines tomarán la Plaza Nueva el 8 de mayo por el Día de la Danza
Vitoria – Han sido dos años de espera obligada. Pero es el momento de volver a reunirse en torno al escenario al aire libre de la Plaza Nueva, de juntarse para compartir, mostrar, celebrar y disfrutar con, por y a través de la danza, ya sea clásica, urbana, country, contemporánea, vasca o polinesia, que de eso y más habrá en el programa que se está preparando. Todo el mundo está invitado. Da igual edad, intereses, gustos o lo que sea. La cita será el domingo 8 de mayo a partir de las 12.00 horas.
El próximo día 29 se conmemora, como cada año desde 1982, el Día Internacional de la Danza, fecha elegida por ser la del nacimiento, en 1727, de Jean-Georges Noverre, considerado el creador del ballet moderno. Es una jornada especial que, eso sí, en Álava suele celebrarse un poco después por la coincidencia con las festividades de San Prudencio y Nuestra Señora de Estíbaliz. Pero solo habrá que esperar poco más de una semana para compartir esa gran fiesta colectiva que impulsa el Conservatorio José Uruñuela.
"La danza está hecha de momentos efímeros, lo que predestina a los bailarines a estar en constante movimiento. Sin embargo, el covid-19 ha restringido e incluso bloqueado el arte de la danza en su forma original", recuerda Sue Jin Kang, directora del Ballet Nacional de Corea y encargada este 2022 de escribir el mensaje que en todo el mundo se comparte por esta fecha señalada. Es el momento de romper esa tendencia. Para eso, el 8 de mayo tomarán el centro de la capital alavesa centenares de bailarines, llegados tanto de distintos centros de Gasteiz como de otros puntos cercanos como Bilbao, Estella y Miranda.
En concreto, solo del conservatorio dependiente del área de Cultura del Ayuntamiento de Vitoria acudirán 150 personas, a las que habrá que sumar las procedentes de Arteria Espacio Creativo, Asociación Cultural Arabesco, Centro Dunia, DBM Estudio, Dantzerti (Escuela Superior de Arte Dramático y Danza de Euskadi), Escuela de Danza Andrés Beraza, Escuela de Danza Lourdes Herrero, Estudio de Danza Sofía Abaitua, Escuela Noralai, Ikigai Dance Studio, La Fábrica del Baile Aitor Ribera, Lakua Danza y Yew Haw Country Taldea.
"El principal objetivo es disfrutar bailando" después de todo lo vivido durante los dos últimos años. "Lo que más deseamos es volver a la alegría de bailar para un público", apunta Ainhoa Arenaza, directora del José Uruñuela, al tiempo que señala que esta celebración al aire libre del Día de la Danza es también una oportunidad de "visibilizar el mundo de la danza y enseñar las diferentes modalidades que existen. Es un día popular para todos los públicos que tendrán la oportunidad de ver un espectáculo en un formato diferente al tradicional en un teatro". Además, con un aliciente importante para quienes van a actuar: para casi todos, va a ser la primera vez sin mascarillas tras tanto tiempo.
Desde hace años, el José Uruñuela viene impulsado una iniciativa en la que el conservatorio nunca ha querido estar solo. Todo lo contrario. Siempre ha invitado a compartir la fecha con centros y entidades vinculadas a la danza. Por supuesto, este 2022 no va a ser menos. "Nos hemos encontrado con que todo el mundo tiene muchas ganas de celebrar, de bailar para un público, de presentar más coreografías que en otras ocasiones, de participar en un día tan importante para el mundo de la cultura y en este caso, para el sector de la danza". Además, "vamos a tener la oportunidad de conocernos más y de compartir una jornada juntos, cada escuela, conservatorio y asociación" poniendo en común el trabajo diario que cada uno desarrolla.
Tampoco olvida Arenaza que el estar en pleno centro ayuda a que muchas personas que no acudirían de otra forma a un teatro, sí se paren y disfruten. En este sentido, la cita, que por primera vez va a contar con la colaboración de Laboral Kutxa, es, asimismo, una oportunidad para "visibilizar la figura del bailarín y normalizarla, porque los chicos también bailan. Hay que recalcarlo y normalizarlo". Quedará patente a lo largo de un 8 de mayo que se abrirá con el trabajo en barra clásica para dar paso a coreografías de danza vasca, clásica, polinesia, urbana, contemporánea, oriental, country y neoclásica.
"En una de las diferentes réplicas de la peste negra, el 28 de junio de 1841, se estrenó en la Ópera de París el ballet Giselle, que representa el amor más allá de la muerte, y recibió una respuesta explosiva", recuerda Sue Jin Kang en su mensaje de este año. "Desde entonces, Giselle se ha representado en toda Europa y en todo el mundo para reconfortar y animar a las almas de la humanidad asolada por la pandemia. Esa es mi manera de entender Giselle, tal y como se demostró desde su primera representación: es el magnífico espíritu de una bailarina que intenta escapar de la gravedad de las penurias que azotan el mundo. El solitario y cansado público está sediento de la simpatía y del consuelo de los bailarines. Como bailarines, creemos que batir nuestras alas da esperanza a los corazones de los que aman el arte de la danza y les da el valor para superar esta pandemia". Que así sea. De momento, el 8 de mayo la cita es en Vitoria.
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