Celebrando a Mozart

Crítica, Ballet Biarritz

Adelantándose a la celebración del 250 aniversario del nacimiento de Mozart en el 2006, el Ballet de Biarritz presentaba en Irún en primicia un espectáculo que rinde homenaje a éste genio de la música. Mozart Ballets es un programa que recupera una coreografía escrita por Malandain en 1997 con el nombre de Mozart à 2 y un trabajo de nueva creación titulado Las Naderías (Les Petits Riens) inspirado en la obra del mismo nombre que compuso Noverre allá por el año 1778. Ésta última trata una serie de divertimentos en los que pastores, pastoras, pájaros y ovejas, con Cupido de por medio, juguetean a un amor frívolo y guasón con ánimo de diversión jovial. La primera parte del programa, por el contrario, transcurre en un tono hondo y poético exponiendo cuatro pasos a dos compuestos con exquisito gusto que se deslizan consecutivamente sobre sendos extractos de los conciertos para piano y orquesta de Mozart. Esta pieza supone un alarde continuo de creatividad en la que los cuerpos esculpen diseños y formas inverosímiles, sorprendentes y cambiantes, con la sutileza de la poesía y la fuerza de la musicalidad consiguiendo un despliegue de belleza con mayúsculas.

En la segunda coreografía Thierry Malandain nos sorprende poco. Una composición basada en recursos ya usados y en la que el pretendido humor no termina de cuajar, a excepción de algún pasaje interesante, nos deja un sabor agridulce con un excelente trabajo de vestuario pero una resolución coreográfica fácil y efectista.

Las dimensiones de la sala y la cercanía del escenario del teatro Amaia propiciaron un especial contacto con la poderosa energía de los bailarines que mostraron una espectacular forma física. La nítida definición de sus cuerpos y su poderosa técnica sobrecogen al espectador en cada función.