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'Cascanueces' en su versión más clásica, hoy en el Kursaal
El Ballet de San Petesburgo se considera un fiel representante de la más pura tradición rusa Las entradas para la única actuación están agotadas desde hace días
Dos son las razones por las que el Ballet de San Petesburgo incluye la variante de Vainonen en su repertorio. Por un lado porque los grandes como Nureyev o Mijail Barishnikov han puesto su estilo al montaje de Ivanov, «y sus aportaciones tiene poco que ver con el original». Además Bruskin considera que «para qué aportar algo nuevo si la base es tan buena».
Los originales decorados que lucirá el Kursaal esta noche han sido traídos directamente del famoso Teatro Hermitage, en San Petersburgo, una de las sedes internacionales del ballet y de la danza.
El director del Ballet de San Petesburgo habló ayer sobre su Cascanueces, acompañado del primer bailarín Eugeny Serdeshnov y la primera bailarina Tatiana Frolova, conocidos como la pareja de porcelana por la delicadeza de sus movimientos. Bruskin comentó que «no es la mejor obra para mostrar que mantenemos la más pura tradición rusa porque Cascanueces no es el Lago de los cisnes, es más un divertimento, especialmente el segundo acto».
Porque si de algo se muestra orgulloso este maestro de baile es de que su formación «es el reflejo de la màs pura tradición rusa». Además su responsable también asegura que «todos los directores y maestros de la compañía, desde su creación, han estudiado y se han graduado por la Academia de Ballet Vaganova, la más aclamada de Rusia y que recientemente ha cumplido 250 años de existencia. Cada bailarín de nuestro grupo también ha recibido allí el mejor entrenamiento». El cuerpo de baile que ha llegado a San Sebastián está formado por treinta profesionales que cada día, durante la gira, baila alrededor de ocho horas entre ensayos y el espectáculo de la noche. «Además, los solistas ensayan también por su cuenta».
Gran expresividad
El Ballet de San Petesburgo, que en esa ciudad suele actuar habitualmente en el emblemático Hermitage, se caracteriza por «un espíritu propio, que también es el de la ciudad; la diferencia con Moscú es abismal porque allí son mucho más técnicos, más fríos». El particular estilo de esta compañía y que se ha perservado desde hace alos es «su gran expresividad, belleza y clase».
A pesar de sus cualidades no lo tienen muy fácil. «Debemos esforzarnos más que el Bolshoi o el Kirov, los más famosos de Rusia, porque, además de contar con un cuerpo de baile formado por doscientos o trescientos profesionales y tener muchos recursos materiales, reciben muchas ayudas del Estado. Nosotros somos más modestos y debemos dar un plus más para que nos inviten a realizar una gira o nos llamen de otras ciudades», explicaba Bruskin.
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