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Carnaval, fiesta y cultura

Egilea
Pablo Gorría
Komunikabidea
Noticias de Navarra
Mota
Albistea
Data
2010/01/31

aUNQUE la mascarada ya ha terminado en los pueblos más madrugadores, el gran desfile de carrozas de Sunbilla de hoy y las visitas de buena vecindad entre los ioaldunak de Ituren, Zubieta y Aurtitz mañana y el martes, suponen el comienzo oficioso de las fiestas de Carnaval. Este año, los de Ituren-Zubieta y Lantz estrenan su estatus de Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial. Para llegar a este reconocimiento oficial, Mikel Ozkoidi Pérez y Karlos Irujo Asurmendi elaboraron un informe histórico que posteriormente se publicó en formato divulgativo en el número 40 de la colección Panorama que edita la Institución Príncipe de Viana.

Irujo y Ozkoidi, con una larga experiencia de 25 años de investigación del folklore y la etnografía en Ortzadar, han trillado la amplia bibliografía existente sobre los dos carnavales navarros más famosos. entrevistaron a personas mayores de los pueblos e investigaron en los archivos, una tarea complicada porque "apenas existe documentación sobre el Carnaval más allá de las disposiciones para controlarlo", asegura Ozkoidi. Fruto de su trabajo, concluyen que el Carnaval es una fiesta que se ha celebrado "siempre", como lo demuestran las constantes prohibiciones a lo largo de la historia, la última en 1938.

El Carnaval nunca gustó a la Iglesia ni a las dictaduras pero, paradójicamente, se recuperó en pleno franquismo en Lantz y nunca dejó de celebrarse en Ituren y Zubieta. "Dependía de muchos factores, de la permisividad de las autoridades, de si los pueblos estaban más o menos aislados o de la propia habilidad de sus habitantes para mantener la fiesta", señala Ozkoidi. "El factor geográfico es muy importante; no es lo mismo Lantz, apenas a veinte kilómetros de Pamplona, que Ituren y Zubieta, donde no había ni cuartel de la Guardia Civil. También influyó el despoblamiento. Por ejemplo, en Ituren y Zubieta la salida de los jóvenes a trabajar al monte Irati fue determinante en el adelanto del Carnaval", añade Irujo. Mikel Ozkoidi también tiene en cuenta este factor cuando sostiene que "el Carnaval de Lantz acabó con la prohibición de 1938, pero también porque en esos años no había jóvenes en el pueblo, ya que varias quintas habían sido movilizadas en la guerra".

Ambos carnavales tienen en común muchas cosas, entre ellas el hecho de ser los más conocidos, visitados e imitados. Curiosamente, una de sus diferencias es la forma en que se han hecho tan famosos. "La antropología descubrió el Carnaval de Lantz y la prensa, el de Ituren y Zubieta", señala Karlos Irujo. "El Carnaval de Lantz desaparece en la guerra pero en 1944 un grupo de prohombres de la Navarra de entonces, los Iribarren, Uranga, Baleztena... lo reconstruyen con afán documentalista y saltándose todas las prohibiciones", añade. En los veinte años siguientes el Carnaval siguió dormido, hasta que en 1964 llega la reconstrucción definitiva de los hermanos Julio y Pío Caro Baroja, que incluye la primera grabación filmada para el Nodo y el inmediato éxito popular de la fiesta.

En el caso de Ituren y Zubieta, la divulgación del Carnaval llega de la mano de la prensa. El primer artículo periodístico que han encontrado Ozkoidi e Irujo es el que publicó el periódico donostiarra La Voz de España el 28 de enero de 1969. En los años siguientes comienzan a publicarse artículos en la prensa navarra y trabajos etnográficos.

el factor cambio Irujo y Ozkoidi insisten en el carácter cambiante de los carnavales. "Nunca se ha documentado el factor cambio; tendemos a creer que los carnavales siempre han sido como los vemos en un momento determinado, y no es así", sostiene Irujo. En su opinión, el de Ituren-Zubieta ha cambiado a lo largo del tiempo más que el de Lantz. "A raíz de la guerra, lo primero que cambian en Ituren y Zubieta es la fecha. En los años 40 ya se celebraban en enero y, para sortear la prohibición lo vendían como fiestas de invierno", señalan. Para saltarse la normativa que impedía las máscaras, hicieron desaparecer los pañuelos con los que se cubrían el rostro. Otras variaciones de las últimas décadas han sido el aumento del tamaño de los cencerros y la disminución del tiempo que la comparsa pasa en la calle, así como el incremento del número de participantes. En las antiguas fotografías de los años cuarenta pueden verse apenas media docena de ioaldunak, por los 63 de Ituren, Zubieta y Aurtitz que salieron el año pasado.

En cambio, Mikel Ozkoidi cree que el Carnaval de Lantz se ha mantenido "más fosilizado". "Hay que tener en cuenta que se trata de una recreación para el lenguaje cinematográfico y el ritual se ha mantenido inalterado. Mientras en Ituren y Zubieta cada año pueden inventar algo nuevo, carrozas, disfraces..., en Lantz la comparsa es igual que la de 1964", señala. No obstante, incluso en Lantz pueden rastrearse algunos cambios. Por ejemplo, los detalles que introdujo Caro Baroja para el rodaje de su película, como el fuego de los herreros y los disparos de escopeta para acabar con Miel Otxin, o la indumentaria de los txatxos, ahora mucho más colorida. También es curioso que la cabeza del bandido antiguamente ardía en la hoguera y ahora se guarda. "Es como la imagen de marca de su Carnaval", sostiene Karlos Irujo.

el futuro La desaparición de la dictadura supuso una eclosión del interés por las fiestas de Carnaval. Raro fue el pueblo o barrio que no recuperó, recreó o inventó sus propios personajes, músicas o danzas. En los años noventa ese interés decayó, aunque Ozkoidi e Irujo creen que todavía está vivo. "Por ejemplo, este mismo año se van a recuperar los carnavales de Eguino (Álava). La clave está en la puesta en valor; conforme la gente sea capaz de valorar lo que tiene, el Carnaval continuará vivo", explica Ozkoidi.

Otra cosa es el ámbito urbano, por ejemplo Pamplona, donde la fiesta no acaba de cuajar. "En todos los colegios se hacen fiestas de Carnaval, es decir, los niños lo conocen; el problema es que falta iniciativa para sacarlo a la calle; luego también es necesario que no te pongan zancadillas, que te dejen el espacio público", concluye Karlos Irujo.

Ziripot, durante el desfile del Carnaval infantil de Lantz.

Ziripot, durante el desfile del Carnaval infantil de Lantz. (IBAN AGUINAGA)

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