Caluroso Haurren Eguna

El próximo fin de semana los tambores infantiles y el concurso de perros recogerán el relevo festivo. Oñatz Dantza Taldea se muestra satisfecha y agradecida

Pero vayamos por partes. El Haurren Eguna volvió a convertir el domingo a un niño en alcalde simbólico del municipio. La protagonista fue Arantzazu Ugarte que desde el balcón consistorial invitó a sus compañeros a disfrutar del encuentro en un ambiente cordial y festivo. Sus compañeros siguieron sus consejos a pies juntillas y con la complicidad del sol vistieron de fiesta cada rincón.



Desde que fueron recibidos los once grupos de fuera en la arboleda el municipio se vistió del rojo, blanco, azul y negro de los trajes guipuzcoanos, vizcaínos y navarros. Cada formación con su estandarte desfiló hasta la Plaza para recibir la bienvenida oficial del alkate-txiki. Poco más tarde del mediodía, tras el aurresku de rigor, los grupos se repartieron por calles, plazas y barrios para ofrecer su repertorio folclórico.



El paréntesis de la comida les sirvió para reponer fuerzas y la programación se reanudó a las cinco de la tarde con el alarde final. Una exhibición en la que participaron casi medio millar de dantzaris, 130 de la agrupación local y 390 de los once grupos invitados



En dos horas, los dantzaris repasaron las raíces del folclore vasco con los bailes tradicionales de cada zona ante la atenta mirarada de cientos de espectadores.



Satisfacción



Ayer en la resaca festiva, los miembros de Oñatz, promotores del Haurren Eguna desde hace más de tres décadas, sólo tenían palabras de gratitud para las familias y sobre todo las sociedades gastronómicas que se encargaron de alimentar a los visitantes entre dantzaris y acompañantes.«Sin la colaboración desinteresada de mucha gente no sería posible movilizar tanta gente y montar el Haurren Eguna. Es un esfuerzo que hay que agradecer públicamente».



Este año más de la mitad de los niños fueron distribuidos en domicilios particulares, mientras que otro centenar comieron en sociedades.