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Buenas fiestas... para ser un martes
El sol animó el día de la Virgen de Arrate en una jornada cargada de ingredientes tradicionales
No es un chiste, es lo que le pasó ayer a uno de los sacerdotes que participaban en el acto más simbólico de las fiestas. La suya era solo una de las decenas de cámaras que inmortalizaron la salida de la Virgen de Arrate del Santuario a la Cruz. Mucho teléfono móvil, mucha cámara de fotos, algún palo selfie, la de vídeo que no falte, y lo de la Gopro con el Gimbal lo dejamos para los más técnicos. Todos quisieron inmortalizar una fiesta que se mantiene fiel a la tradición, Arrate espera a que Eibar la visite, y Eibar no le falla.
La de ayer no fue una edición de las que rompen récords, pero se disfrutó de un buen ambiente teniendo en cuenta que era martes. Alguien recordaba que el autobús de la mañana con destino a San Sebastián iba bastante lleno. Pero no fueron pocos los que se acercaron hasta Toribio Etxebarria para coger el que les llevaría al alto más querido por los eibarreses.
Los primeros en llegar se encontraron con los 'gaupaseros' más resistentes, en una convivencia pacífica que se repite año tras año. La Misa Mayor se llenó, pero sin las grandes apreturas de las ediciones de fin de semana. La imagen de la Virgen se presentaba con la trikitixa, el pandero, el txistu y el tamboril a sus pies. Hubo coro, música y baile, y sonaron los aplausos en el Santuario. Había caras nuevas en las filas de la Corporación, aunque no todos tuvieron asiento.
Los integrantes de la Cofradía de Arrate y del grupo de danzas Kezka abrieron la procesión, un acto a cuyo paso se paraba gente de todas las edades. Los padres y madres de niños pequeños trataban de explicarles qué era aquello que veían sus ojos. Finalizada ya la parte religiosa llegaba el momento de relajarse, aunque algo de tensión quedaba, al menos para las que aguardaban en la gran cola que había para entrar en el servicio de señoras del Kantabria.
Gran exhibición
La escasez de gente a primera hora dio paso a un animado mediodía. La campa acogió a cuadrillas y familias dispuestas a recuperar fuerzas. Se pudo elegir entre pinchos de chorizo solidario y otros clásicos de la gastronomía de txosna, pero a la hora de beber se agradecía algo fresco con lo que aliviar el calor. Con el astro rey pegando desde lo alto, el grupo de danzas Kezka ofreció una gran exhibición en la zona del probadero, con Karmelo Angiozar y Aitor Sorazu como invitados. No fueron los únicos, ya que muchos dantzaris y personas interesadas en el folclore vasco se acercaron a Arrate para seguir la fiesta.
Durante todo el día los autobuses siguieron haciendo subidas y bajadas. Son muchos los que se acercaron al alto para pasar un rato y regresar después a casa. Frente a ellos, las cuadrillas de chicos y chicas más jóvenes fueron las que más disfrutaron, alargando la fiesta durante todo el día. Hoy el despertador les recordará que el día de Arrate ya ha pasado, ¡vuelta a clase!
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