Dokumentuaren akzioak
Blanca Arrieta y John Scott reúnen sus lenguajes de baile en el García Lorca
'Efecto mariposa' y 'silvery snot' son los títulos de sus respectivos montajes. La alavesa y el irlandés se acercan esta tarde hasta el escenario de Lakua, a partir de las 20.30 horas
Similitudes y diferencias se darán cita en las tablas con los montajes Silvery Snot , de John Scott, y Efecto Mariposa , de Blanca Arrieta. "Ha sido un gusto invitar a John para que hiciese una pieza con nuestra compañía", explica la coreógrafa alavesa, coordinadora del grupo Ciento Cincuenta Cuerdas. "Su trabajo es muy honesto y muy arriesgado a la vez, mientras que yo soy muy contenida, más seria".
Silvery Snot , título de un poema irlandés, hace referencia al camino plateado que deja el caracol. Dos bailarines vascos, Igor Calonge y Jorge Lastra, y uno de origen australiano, Robert Jackson, protagonizan la pieza de Scott, que reflexiona sobre la evolución del cuerpo con el paso del tiempo.
En su acelerado proceso de castellanización -un chapurreo más que decente en sólo cinco semanas-, el irlandés se atreve a disertar sobre su pieza, en la que plantea que "quizás el momento siguiente sea mejor que el anterior, o al menos no tan terrible". La intención de su trabajo no es diseccionar grandes cuestiones a través de la danza, pero el transcurrir del tiempo le parecía algo "muy cercano a la realidad de cada uno".
Nacido en Dublín, Scott funda en 1991 el Irish Modern Dance Theatre, cuyos trabajos han visitado Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Bulgaria y Alemania. "Es el coreógrafo más radical de Irlanda", puntualiza la jefa del Servicio de planificación y programación cultural, Marta Monfort, resumiendo una realidad atestiguada por numerosos medios especializados.
Estrenada en enero, la obra Efecto Mariposa acompañará al montaje de Scott, antes de viajar la próxima semana hasta la Feria de Teatro de San Sebastián. "Habla sobre el caos y trabajo mucho la velocidad en el cuerpo, un cuerpo inestable que intenta tener un orden y no lo consigue", explica la coreógrafa, protagonista de su propio solo.
Mientras que la creación del irlandés tiende a la explosión formal, la de la vitoriana se dirige más al terreno de la implosión, de la contención, aunque existen también caracteres hermanados en sus formas de entender la danza contemporánea. "Tenemos una curiosidad por trabajar el cuerpo de una forma muy natural". Sus movimientos no siguen los mismos criterios plásticos, pero "siempre están buscando lo que hay de humano, sin grandes virtuosismos técnicos".
Una inquietud distinta, pero trabajada de diferentes maneras, coincidiendo en la ausencia de una búsqueda de la proeza física. "Quiero ver las imperfecciones, es más mágico ver los problemas del cuerpo, más interesante", opina John Scott, que observa un diálogo entre las líneas artísticas de ambos, "siempre preguntándonos sobre la relación entre los cuerpos, sobre el porqué del movimiento, del lenguaje".
sencillez La escenografía desaparece en esta propuesta del García Lorca, que contará con un espacio desnudo de toda tramoya para acoger las dos propuestas de esta tarde, cuyas entradas se podrán retirar desde dos horas antes de la función en el mismo recinto, a un precio de 10 euros.
Los cuerpos se convertirán hoy en protagonistas, en relación con el tiempo o amenazados por lo impredecible, en estos dos diseños plásticos de códigos contemporáneos. Al fin, Blanca Arrieta podrá colaborar, tras sus numerosos trabajos en Irlanda, con su colega John Scott, en una doble función que hará las delicias de los aficionados.
Dokumentuaren akzioak