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Besos que activan músculos

Igor calonge dirige 'Muxua' (El beso), una coreografía que Dantzaz konpainia bailará mañana en Donostia

UNA joven sale a escena y comienza a tejer una trenza con la que oculta su rostro. A ella se aproxima por la espalda un hombre que porta un ramo de flores y le obsequia con un beso en la nuca... ¿O se lo da en la cara? De esta inquietante y sugerente manera comienza Muxua (El beso), una coreografía que Dantzaz Konpainia representará mañana en el Club del Victoria Eugenia a las 21.00 horas.
Egilea
Juan G. Andrés
Komunikabidea
Noticias de Gipuzkoa
Tokia
Donostia
Mota
Albistea
Data
2013/12/17
Lotura
Noticias de Gipuzkoa

Desde la semana pasada, once bailarines ensayan en Arteleku a las órdenes del bailarín vasco Igor Calonge, coreógrafo desde hace más de una década. Estos días ejerce de profesor invitado aunque, según explicó, le gusta trabajar sin esquemas preconcebidos. Así, podría decirse que Muxua es una coreografía colectiva en la que Calonge trabaja como director que acepta las aportaciones de sus pupilos.

"Lo más lindo es el proceso", explicó el coreógrafo, que dice partir de restos de espectáculos anteriores para comenzar a edificar los nuevos. "Las propuestas se van almacenando pero yo intento salir de mi cabeza y ver lo que están haciendo los bailarines: me gusta mucho mirar porque puedes captar cosas incluso cuando están realizando ejercicios de calentamiento", sostuvo. A su juicio, el "resultado final" dependerá de la capacidad que él tenga de "ordenar o desordenar los materiales", pero probablemente, avanzó, la pieza que están ensayando tendrá "poco que ver" con la que estrenarán mañana ante el público del Victoria Eugenia.

Construir imágenes

Una acción de amor

Calonge definió Muxua como "una acción de amor". Según apuntó, dar un beso es un acto que implica que muchos músculos entren en juego, "y eso entronca muy bien con el movimiento físico". Durante el número, los bailarines se mueven libremente por el espacio y orientan sus pasos hacia la ternura en unas ocasiones, y hacia la violencia en otras. "Son ideas contrapuestas: la violencia y la caricia, la alegría y la tristeza... Unas necesitan de las otras para sobrevivir", opinó el bailarín, que trata de esquivar la linealidad narrativa y "buscar la sugerencia".

Le interesa sobremanera "el mundo de la construcción de imágenes", por lo que los bailarines de Muxua crean evocadoras figuras que parecen animales extraños o hacen chocar sus cuerpos en violentas embestidas. "Lo que más me asusta es darle un sentido narrativo a la coreografía. Creo que la danza no lo necesita. Es suficiente con que el cerebro recoja las sensaciones que se provocan en el mismo instante en que una o varias personas bailan sobre el escenario", aseguró Calonge, "encantado" con el talento y la buena disposición de los bailarines de Dan-tzaz: "Me quedaría aquí un mes".

Los bailarines se mostraron igualmente complacidos con el que será su profesor hasta el jueves. "Lo más interesante del trabajo con Igor es que a veces han surgido cosas que parecían locuras imposibles pero que han hecho que intentemos ir más allá de las posibilidades de nuestros cuerpos", señalaron.

El director general de Dantzaz, Fernando Sáenz de Ugarte, recordó que mañana no solo estrenarán esta creación específica, sino también otras piezas realizadas por los bailarines residentes de Arteleku. Dan-tzaz, que actualmente acoge a once bailarines de Euskal Herria y otros países europeos, es una plataforma para el primer empleo en el mundo de la danza. Los integrantes de la compañía suelen pasar en ella un máximo de dos años gracias a una beca y a los contratos que firman en cada actuación -en 2013 realizaron cerca de 60 funciones-. A lo largo de seis temporadas, unos 70 jóvenes han pasado por las filas de Dantzaz, de los cuales, la gran mayoría ha encontrado trabajo en prestigiosas compañías europeas.

Los once bailarines de Dantzaz con el coreógrafo Igor Calonge, el segundo por la derecha (agachado).

Los once bailarines de Dantzaz con el coreógrafo Igor Calonge, el segundo por la derecha (agachado). (Juan G. Andrés)

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