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Beatriz Uhalte Cisneros: "Los bailarines cada vez lo tenemos más difícil
Bailarina de los Ballets de Monte Carlo
Salió de la Escuela de Danza del Gobierno de Navarra con 17 años y desde entonces no ha dejado de hacer las maletas. Formada en la escuela de Maurice Béjart y la Compañía Nacional de Danza 2, -creada por Nacho Duato para formar jóvenes bailarines-, la pamplonesa Beatriz Uhalte forma parte del Ballet de Monte Carlo desde hace dos años.
Con él pisará mañana el escenario del Baluarte, en la tercera parte del espectáculo: una nueva versión de Sherezade que se enmarca en el homenaje a los centenarios Ballets Rusos. Con 27 años, Beatriz Uhalte se considera "muy afortunada", pero también reconoce que la danza exige pisar un terreno complicado: "Los bailarines cada vez lo tenemos más difícil para ganarnos la vida", asegura.
¿Fue José Lainez quien encaminó sus pasos al mundo profesional?
Él me lo descubrió todo. Yo sólo había hecho ballet clásico y él era una persona muy innovadora y creativa, que apoyaba siempre la danza contemporánea, la improvisación, los talleres de coreografía... Me aportó otra manera de entender la danza, de crear mi propio movimiento.
¿Qué le animó a formarse en el extranjero?
Yo estaba convencida de que quería dedicarme a la danza y tuve la inmensa fortuna de que Maurice Béjart me aceptara en su escuela. Me marché a Suiza gracias a una beca del Gobierno de Navarra. Allí pasé dos años y recibí una enseñanza muy amplia en Rudra-Béjart. También aprendí que ganarte la vida como bailarina no es sólo un esfuerzo físico, sino también el saber tomar decisiones en el momento adecuado y hacer trabajar tu cuerpo de manera inteligente. Maurice Béjart decía que aquello era una escuela de danza y también de la vida.
¿Qué hizo después?
Mi primer año profesional lo viví en el Ballet de Europa, en Marsella. Es una compañía pequeñita, con un repertorio más íntimo. Todavía era muy joven y me apetecía probar cosas diferentes. Un año después, tuve la inmensa suerte de que Nacho Duato me ofreciera un contrato para bailar en la Compañía Nacional de Danza 2 después de pasar las pruebas.
Casualmente, él ha renunciado hace poco a dirigir la Compañía Nacional de Danza.
Me parece una noticia bastante triste. Es una persona que ha hecho muchísimo por la danza, ha creado un estilo bastante personal y ha desarrollado la danza en España como nadie lo había hecho antes. Además, tuvo la generosidad de crear una compañía joven, que era una máquina de hacer bailarines. Era maravilloso, porque estábamos muy pocos bailarines y hacíamos muchísimos espectáculos. Fueron unos años geniales.
Pero decidió marcharse de nuevo, a Alemania.
Sí, porque en España tampoco tenía más opciones.
¿Cómo surgió la oportunidad de incorporarse al Ballet de Monte Carlo?
Me siento muy afortunada, porque es uno de las mejores de Europa. Me invitaron a hacer las pruebas y el director, Jean-Christophe Maillot, me animó a probar en la compañía. Era un repertorio diferente al que yo había hecho hasta entonces, más neoclásico, pero también invitan a coreógrafos de distintos estilos y ellos proponen otras creaciones.
¿Qué supone pasar a una compañía grande, de medio centenar de bailarines?
Todo está más jerarquizado, pero tiene la ventaja de que disfrutas de una estabilidad y un reconocimiento mucho mayores.
¿Cómo le afecta a su vida?
Las giras pueden durar tres semanas. Nos vamos a China, Japón, Italia... Este año nos ha tocado bailar en Nochevieja y Año Nuevo. Debes asumir que tu vida está en función de la danza.
La bailarina pamplonesa Beatriz Uhalte realiza un ejercicio. CEDIDA
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