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Bat, bi, hiru... Come on!
Los 17 alumnos de la Universidad de Utah, en Eibar, siguiendo las indicaciones del profesor para aprender a bailar danzas tradicionales vascas.
El curso, que está centrado en los repertorios de Gipuzkoa y Zuberoa, comprende clases teóricas, prácticas y también excursiones. "Tenemos unos ejemplos muy interesantes de danzas pre-clásicas y lo más bonito ha sido verlas en directo. Estuvimos en una maskarada el domingo en Arrokiaga y para ellos ha sido una experiencia muy impresionante. A pesar de que teníamos miedo de que algunas cosas les parecieran grotescas, la verdad es que disfrutaron. El profesor estaba muy agradecido, ya que entendió que era un viaje a las raíces de la danza", afirma Araolaza.
gran disciplina
Piernas sobrecargadas
Han partido de cero y en este pequeño "laboratorio" aspiran a "alcanzar altas cotas de perfección". Oier Araolaza destaca, asimismo, la gran disciplina de los alumnos a pesar de que aborden bailes diferentes. "Han venido muy preparados y con mucha disposición. Los repertorios que estamos trabajando precisan de una gran técnica aunque no sea tan redonda como la de la danza clásica. Y lo que debería ser más fácil para ellos, poner los pies a 90º, es más difícil porque están acostumbrados a ponerlos a 180º".
Además, uno de los aspectos que más ha llamado la atención de los estudiantes norteamericanos es el uso casi exclusivo de las piernas. "Están muy habituados a trabajar con todo el cuerpo y en las danzas tradicionales vascas el uso de los brazos y el tronco superior no es muy frecuente. Se utiliza en algunos bailes como el fandango o el ingurutxo pero, sobre todo, se emplean las piernas y por eso notan una sobrecarga. Olvidarse de la parte superior les resulta extraño", subraya el miembro del grupo Kezka de Eibar.
Y es que la única referencia que tenían los 17 estudiantes del País Vasco es el nombre de uno de los pasos de ballet más conocidos: el pas de basque . "Es absolutamente nuevo para ellos. No sabían ni a dónde venían", explica Araolaza.
La experiencia, calificada como "muy gratificante" para ambas partes, servirá, según este miembro del grupo Kezka, "para cambiar a este grupo la forma de ver el mundo de la danza, abrir sus mentes y haber tenido la oportunidad de ver de cerca y de una forma natural unos bailes tradicionales que les permitirán saber que hay mucho más que lo que un teatro puede contener".
Los 17 alumnos de la Universidad de Utah, en Eibar, siguiendo las indicaciones del profesor para aprender a bailar danzas tradicionales vascas.
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