Más tarde, se creó el batzoki de Basauri, “y el grupo se inicia de forma más oficial de la mano de Garbiñe Mezo, que además, se dedicó a enseñar las danzas que aprendió en su infancia y juventud, sin hacer mucho ruido en algunos locales del Basozelai que pertenecían a la ikastola”. Comenzó de manera humilde, “con conocidos de Garbiñe o cercanos al batzoki de Basauri, pero poco a poco, y una vez que empezamos a salir a la calle, el grupo fue creciendo”. Sus primeras actuaciones fueron en Basauri, pero “en 1988 entramos en Euskal Dantzarien Biltzarra y a partir de ahí participamos en el Dantzari Eguna y en las fiestas de los pueblos de alrededor: Lemoa, Zaratamo, Ugao...”.
En cuanto a la evolución del grupo, destacan que pasa de ser un pequeño grupo de danzas estrechamente ligado al batzoki de Basauri a un grupo más conocido en el pueblo. “Pasamos bastantes años en un local de la calle Extremadura, un lugar bastante sencillo, pero que se adaptaba bien a la medida de nuestro grupo. Nos movimos al local actual hace unos veinte años, un lugar donde hay más aulas de ensayo y que compartimos con Danbolin Txistulari Elkartea y Agintzari Dantza Taldea”. En la actualidad el grupo lo forman alrededor de 65 dantzaris, y los más pequeños forman el grupo más numeroso. “Hay personas de edades diferentes, desde los más jóvenes de 5 años hasta el grupo de adultos con personas mayores de 65 años, pasando por el de medianos y adultos. Tener un grupo relativamente pequeño con esa diversidad de edades hace que sea muy enriquecedor”. La mayoría son de Basauri, aunque también hay personas de municipios cercanos.
Durante el año participan sobre todo en las actuaciones de zona que suelen coincidir con fiestas importantes de cada municipio y en el Bizkaiko Dantzari Eguna. “También hacemos actuaciones internas en navidades y carnavales”. Además, en septiembre se celebra en Basauri el Euskal Herriko Dantza Agerketa donde también toman parte como grupo local y en la organización. Además, más que un grupo de danzas,, son una gran familia. Intentan que los más pequeños se diviertan con la danza, ya que “a estas edades, quieren pasarlo bien y eso es lo que tienen que hacer. En los ensayos bailan, juegan, se divierten y se relacionan con otros chicos y chicas. Es un entorno ideal donde hacen ejercicio y amigos fuera del colegio y del parque”, explican. También es positivo para que aprenden “lo que es la coordinación, la disciplina, la colaboración entre iguales y, sobre todo, el compañerismo. Otra cosa importante es que aprenden a perder el miedo escénico en las actuaciones”, recalcan.
Como en otro muchos ámbitos, la pandemia ha afectado directamente al grupo. La situación provocada a raíz del coronavirus ha obligado a aumentar el número de grupos para reducir el aforo y los dantzaris que están en el grupo han dado un paso adelante. “Estamos muy agradecidos. Hemos tenido que ensayar con mascarillas y hay algunas personas del grupo que no han acudido a los ensayos por miedo”.
La situación de Basauritar Dantza Taldea no es mala ni mucho menos, pero desde el grupo aseguran que, “por desgracia, nuestro grupo no es una excepción y la cantidad de chicos que hay en los grupos de iniciación no es muy alto. Intentamos intercalar los ensayos con el grupo de los mayores para motivarlos, pero es muy difícil atraer a txikis cuando lo que ven en el día a día son otros deportes”. Para Basauritar Dantza Taldea, “la cultura en ese aspecto está perdiendo bastante terreno”. Por otro lado, “es muy bonito ver a chicas en el Dantzari Eguna bailar bailes originariamente de chicos, pero parte de la razón es que muchos grupos no disponen de los chicos y afortunadamente son las chicas las que están copando ese espacio para que los grupos de danzas sigan bailando”.