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"Voy a dar al público la oportunidad de ver "Onegin" a través de los ojos de una persona de nuestro tiempo"

Boris Eifman coreógrafo y fundador del Eifman ballet de San Petersburgo

Egilea
Maite Redondo
Komunikabidea
Deia - Noticias de Bizkaia
Tokia
Bilbao
Mota
Elkarrizketa
Data
2010/10/24
Lotura
Deia - Noticias de Bizkaia

Hablar de innovación en el ballet es hablar de Boris Eifman. El nombre del coreógrafo está siempre asociado a los experimentos más interesantes y a las interpretaciones más audaces de las obras clásicas, renovando tanto la forma como el contenido del ballet contemporáneo. El Eifman Ballet de San Petersburgo, creado en 1977 por Boris Eifman, pondrá en escena el próximo miércoles en Euskalduna Eugene Onegin, una coreografía basada en la novela en dos actos del escritor clásico ruso Alexander Pushkin. Esta producción, que es uno de los eventos culturales de este año, llega de la mano de la Asociación Bilbao Ballet Elkartea (ABBE) "en su firme apuesta por la calidad".

En esta entrevista, el reconocido coreógrafo explica que, al mismo tiempo que mantiene la poética y la filosofía de la obra de Pushkin, la nueva coreografía presenta "la oportunidad de ver la historia a través de los ojos de una persona de nuestro tiempo". Para ello, Eifman no duda en mezclar la música de Tchaikovsky con el rock de A. Sitkovetsky, para ayudar a la audiencia a comprender mucho mejor su mensaje.

¿Qué es "Eugene Onegin"?

Eugene Onegin ha sido denominada como la enciclopedia del estilo de vida ruso, porque Pushkin creó un arquetipo increíblemente exacto del carácter de su tiempo, formando una imagen poética del alma rusa: misteriosa, imprevisible, e increíblemente sensual. Yo he intentado hacer un análisis de la obra de Pushkin y trasladarlo a los héroes de nuestro tiempo. Hemos creado un espectacular y moderno espectáculo, donde esta filosofía se combina con los ultimos logros del teatro.

¿Resulta muy difícil realizar una coreografía de una versión de un teatro clásico, en la que la acción se traslada a nuestro tiempo?

Sí, quizás no todos los actores están preparados para bailarla. Es muy difícil, exige un gran sacrificio de trabajo. Siempre intento reflejar en el lenguaje de la danza todas las ideas y emociones que viven en mí. El lenguaje plástico refleja el resultado de mis investigaciones, casi nada es trivial. Pero, al final y al cabo, esta es mi esencia como artista.

¿Por qué quería coreografiar esta obra?

Cuando lees a Pushkin no te deja indiferente, te impacta porque tiene la capacidad y facilidad de reflejar los secretos más encriptados de la vida. Onegin es una instrumento artístico magnifico para entender nuestro mundo.

Ya quería ser coreógrafo a la edad de 13 años. ¿Por qué?

Tuve suerte, me di cuenta muy temprano de que mi verdadera vocación era la coreografía, pero no siempre es fácil descubrir tu vocación. Dios y la naturaleza fueron muy generosos, me concedieron un regalo.

Su primeros diez años de trabajo durante el régimen soviético fueron muy difíciles, una lucha por la supervivencia. ¿Quizás porque su ballet rompió las tradiciones del ballet soviético?

Era un tiempo en que la autoridad y la cultura oficial no podía soportar nada que se situara fuera de la línea y de los cánones aceptados. Mi trabajo, al igual que cualquier cosa novedosa, fue ahogado, estrangulado, considerado como obsceno... Pero tuve y tengo lo principal, fe en la misión que he llevado a cabo, un infinito amor a la danza. Quiero señalar que no rompí las tradiciones del ballet ruso, sino al contrario, las hemos conservado y las conservamos cuidadosamente en nombre de la creación de un nuevo lenguaje plástico de la Rusia moderna.

¿Cambiaron las cosas después de la caída del régimen soviético?

Encontramos una libertad política, la posibilidad de viajar por el mundo y mostrar nuestros espectáculos a los ciudadanos de los diferentes países. Pero los primeros años de vida en la nueva Rusia fueron una severa prueba porque la opresión ideológica fue remplazada por problemas financieros. La ayuda de nuestros amigos y la fe en nuestra fuerza nos ayudaron mucho.

Cuando el público va a ver bailar al Eifman ballet espera ver algo especial. ¿Qué ofrece que no den otras compañías del mundo?

Creo que tienen que ser los espectadores y los críticos los que deberían responder a esta pregunta. Sólo puedo decir que toda mi vida artística he estado comprometido en la búsqueda y en la perfección de mi lenguaje coreógrafico, basado en las tradiciones del ballet del teatro ruso, lo que me ha permitido crear un moderno repertorio. Espero que nuestros espectáculos ayuden al espectador en la búsqueda de respuestas filosóficas vitales, sobre el lugar del hombre en el mundo moderno, sobre los valores eternos, sobre Dios y el Diablo, y le impriman una especial carga emocional. Estas son las cosas por los que la gente viene a ver el ballet.

Hace trabajar mucho a los espectadores...

El ballet siempre es un diálogo con el público. Los actores enriquecen el mundo interior del espectador por medio de sentimientos que se generan en el auditorio. Pero es imposible que se cree nada sin la reflexión del público.

¿Sus bailarines tienen que tener cualidades especiales para trabajar en su compañía?

Siempre busco a actores que puedan expresar mis ideas. No es suficiente que tengan sólo técnica, aunque por supuesto, esta debe ser impecable. También es necesario carisma, individualidad, al igual que la capacidad de aceptar la idea ofrecida por el coreógrafo como parte de su yo creativo y emocional.

Siempre ha trabajado con los escritores clásicos rusos. ¿Por qué?

Nunca me he propuesto como objetivo que todos mis trabajos estén basados sobre literatura clásica rusa. Pero la expresión de estas ideas y los sentimientos que germinan cuando lees estas obras maestras son infinitamente interesantes para mí. El contacto con el legado de Pushkin, Tolstoy, Dostoevsky and Chekhov dan un impulso para crear un nuevo lenguaje plástico. Descubrir algo desconocido en cosas ya conocidas es lo más importante para mí. Pero no sólo los escritores rusos, sino también los personajes históricos - Tsarevitch Paul, ballerina Olga Spesivtseva, Tchaikovsky, Rodin …- son una fuente de inspiración.

¿Cuál será su próxima coreografía?

Ahora estoy ocupado con la composición del ballet Rodin, siento una gran devoción por el escultor Auguste Rodin y por Camille Claudel. Será un espectáculo sobre el destino del genio, sobre lo que el artista tuvo que pagar por la creación de sus obras maestras. Espero que la podamos poner en escena en el 2011.

En 1977 creó su propia compañia de ballet

Boris Eifman en 1977 creó su propia compañia de ballet

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