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Bailes para muskilda

Los ocho danzantes y el 'Bobo' dedicaron varios bailes a la Virgen de Muskilda y a la 'Xerola', en la ermita

Komunikabidea
Diario de Noticias
Tokia
Ochagavía
Mota
Albistea
Data
2008/09/09

La celebración tuvo lugar antes de la tradicional misa oficiada en la ermita, donde los dantzaris, tradicionalmente denominados danzantes en la localidad, protagonizaron una jornada de bailes y música. Antes de que hiciesen acto de presencia en el lugar, gran cantidad de vecinos se acercaron hasta allí, entre ellos, varios niños vestidos de danzantes, con el traje blanco, las corbatas de colores, el gorro y las zapas. En cuanto llegaron bailando, acompañados de los gaiteros, se vieron rodeados por una multitud que se agolpó alrededor de la pequeña plaza situada entre la ermita y la casa de la Xerola , quien se ocupa de cuidar el templo. Esta gran afluencia obligó al Bobo a pedir a los asistentes que dejasen más espacio. En medio del silencio, los ocho danzantes se prepararon e iniciaron el primer baile, Katxutxa . Mientras tanto, el Bobo, recreado por José Javier Sagardoi, se encargaba de recoger las castañuelas que caían el suelo, repartía los palos a cada uno y los dirigía para que todo se desarrollase con éxito. Finalizado el primero de los bailes, los vecinos rompieron en aplausos y los protagonistas de la jornada prosiguieron con la segunda pieza, denominada Modorro .

Fue entonces cuando todas las miradas se dirigieron a la casa de laXerola . Los danzantes se colocaron en fila, uno al lado del otro y dedicaron una jota. El Bobo, situado en medio de ellos, fue el primero en comenzar a bailar y los danzantes se unieron a la danza poco después.

Tras los últimos aplausos y una vez que el ambiente se calmó, entraron en la iglesia y salieron con la Virgen, acompañados por la familia de la mayordoma de este año, Luisa Sancet, encargada de atender a las autoridades y danzantes. Todos los miembros de la familia se vistieron de salacencos para la ocasión, las mujeres con largas faldas negras y enjoyados corpiños, y los hombres con traje oscuro y medias.

El marido de Sancet, Dionisio Villafranca, abrió la comitiva portando la cruz. Tras él, sus hijos, Nerea e Iker, con el estandarte. Los cuatro portadores de la figura de la Virgen rodearon la ermita mientras los gaiteros y danzantes interpretaban un pasacalles. De nuevo, frente a la puerta de la pequeña ermita, bailaron en honor a la Virgen de Muskilda.

Mientras numerosos vecinos, entre ellos la familia Sancet, asistieron a la misa celebrada tras finalizar los bailes, los danzantes y Sagardoi aprovecharon para almorzar. Tras el oficio, Luisa Sancet y sus parientes fueron fotografiados a la entrada del santuario.

Los vecinos fueron regresando al pueblo, ya que por la tarde la fiesta continuó. Los danzantes y el Bobo volvieron a la casa de la mayordoma y allí recogieron a los miembros del Patronato, para después acudir a la misa de las vísperas. La última actuación del día tuvo lugar en la plaza de la Blankoa, donde bailaron cuatro palotetados o baile de palos y una jota.

Durante la mañana, varios vecinos se encargaron de recaudar donativos frente a la ermita para el mantenimiento del edificio.

el acto Esta antigua tradición se remonta unos 300 años atrás y los habitantes del municipio han conseguido mantenerla viva, gracias a la afición de los jóvenes por bailar y participar como danzantes. "Comencé desde pequeño, lo veía cada año y me hacía ilusión formar parte de ello", explicó Eneko Eseverri, uno de los danzantes. El grupo cuenta con unos 20 miembros que se turnan para las distintas actuaciones, y en su mayoría, llevan dedicados a las danzas desde txikis.

Una de las figuras más enigmáticas de este día es elBobo , representado por Sagardoi, que lleva unos 30 años interpretando al personaje. El traje del Bobo, que se caracteriza por sus llamativos colores, rojo y verde, está compuesto por unas medias, una guerrera y unos calzones, con galones dorados, y rematado con un pequeño gorro en forma de cono.

La jornada de este grupo comienza cada año a primera hora de la mañana, hacia las 8.00 horas, cuando acuden a casa del mayordomo, quien les prepara el desayuno. Después de comer, los danzantes recorren las calles del municipio bailando pasacalles con los gaiteros hasta la última casa de Ochagavía.

Imagen ampliada

Los danzantes y el Bobo, bailando una jota frente a la casa de la 'Xerola'.Fotos/ Oskar Montero

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