Bailar pegados es bailar...

Seguramente esta iniciativa forme parte del plan de Juan Karlos Izagirre de fomentar las fiestas tradicionales y locales, ya que, como explicó el viernes en su primera recepción oficial, uno de sus objetivos va a ser precisamente ese: «reforzar los festejos populares de la ciudad en contra del consumismo, el mercantilismo y el individualismo» que a su juicio impera en ella. Además de «euskaldunizar» la capital y cambiar «el modelo de relaciones sociales». Muchas cosas se dijeron en esta primera comparecencia abierta al público. Se celebró en el Salón de Plenos del Consistorio y acudieron unas 250 personas. El alcalde había invitado para conocer a cien colectivos relacionados con la mujer, los jóvenes, los mayores y la inmigración. Buscaba una primera toma de contacto para encuentros de trabajo futuros, ya que los ciudadanos «serán el motor de las políticas que salgan del Ayuntamiento». Realmente la iniciativa de reunir a las asociaciones de la ciudad en el Salón de Plenos al inicio de la legislatura para marcar el plan de acción en cada barrio «ya se venía haciendo desde 2007», como adelantó el portavoz del PSE en el Ayuntamiento, Ernesto Gasco, ese mismo día. En cualquier caso, esta reunión era distinta a aquella, porque, tal como explicó el regidor, se convocaba únicamente para que todas las asociaciones se fueran «presentando», aunque sí «de cara a otras reuniones de trabajo futuras». Los participantes hablaron a mano alzada. En total intervinieron 21 personas, y hubo de todo, desde personas que sencillamente felicitaron a la nueva corporación hasta otras que esgrimieron sus peticiones, si bien, demasiado de lo que se pidió al alcalde era ajeno a la competencia del Ayuntamiento o de muy difícil realización, como la demanda de que «se abarate la ciudad», por ejemplo. Algunos pidieron la independencia de Altza como pueblo. Otras asociaciones sencillamente se dieron a conocer.

Mientras tanto, el Ministerio de Medio Ambiente solicitaba por escrito una reunión con el alcalde para conocer su decisión sobre la pasarela de Mompás. ¿Se construirá el paseo marítimo volado sobre los acantilados desde Ulía hasta la punta de Mompás a finales de este año, o se detendrá el proyecto, cuyas obras ya están adjudicadas? El caso es que parece que la pasarela podría quedar en aguas de borrajas a tenor de las declaraciones de Izagirre durante la campaña electoral y a la espera de que este extremo se confirme tras la reunión que mantendrá con los responsables del departamento que dirige Rosa Aguilar, que costea íntegramente su construcción.

A pie de calle, los ciudadanos empiezan a ver el resultado final de las plazas Cervantes y Cataluña. Y la opinión general no es demasiado favorable. Las personas consultadas creen que son demasiado duras, por primar «el cemento frente a la vegetación», aunque aún queda por ver cómo quedará finalmente la de Cervantes una vez terminen de colocarse todas las palmeras.

Además, los ciudadanos ya empiezan a vislumbrar las acciones que el nuevo gobierno municipal llevará a cabo en la ciudad. Los concejales de los que depende cada cartera municipal van avanzando sus propósitos. Así, esta semana supimos que para Jon Albizu, concejal que se ocupa de Movilidad, Bienestar Social y Cooperación, es importante «impulsar el transporte público frente al vehículo privado», así como caminar hacia una ciudad en la que «los servicios estén más cerca de los barrios para evitar desplazamientos innecesarios». Y de la mano de la mano de Josu Ruiz, que dirige el departamento de Turismo, Desarrollo Económico y Deportes, nos enteramos de que propone reformar el polideportivo de Altza así como convertir San Sebastián en una puerta de entrada «para que los turistas conozcan Euskal Herria».

Pero la semana se cerró con sorpresa por la retirada del salón municipal del Plenos del Ayuntamiento del cuadro con la imagen del rey Juan Carlos que presidía este espacio. La acción ordenada por el nuevo alcalde ya ha sido contestada por los corporativos socialistas y los populares que reclaman que se cumpla la legalidad, que según estos partidos dice que debe colocarse. Está ahora por saber si la imagen del rey tiene que estar presidiendo este espacio público o no. En próximos días alguien tendrá que emitir un informe que decida si el cuadro tiene que estar o no presente en el salón de plenos. De momento, el alcalde ha pedido al museo de San Telmo un cuadro para ocupar el espacio vaciado. Todo se verá, aunque ya está servida la primera polémica en Donostia, apenas unos días después de formarse la nueva corporación municipal.