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¿Podremos bailar en casa?

Muchos de los bailarines principales de ballets europeos son vascos. Trasladarse a Francia o Alemania fue la única solución para poder continuar bailando. Los que se quedan no pueden dedicarse a ello de forma completa

Egilea
C.T.
Komunikabidea
Noticias de Gipuzkoa
Tokia
Donostia
Mota
Erreportajea
Data
2008/07/06

La falta de un sistema académico adecuado, la ausencia de una compañía de danza y las escasas ayudas económicas son algunas de las razones por las que bailarines vascos han visto en el extranjero la única posibilidad de poder desarrollarse profesionalmente.

Por otro lado, pocos de los bailarines que optan por quedarse en casa pueden dedicarse de forma completa a la danza. "En mi compañía somos siete y yo soy el único que me dedico sólo a esto pero porque también doy clases, el resto son además de bailarines, periodistas o ingenieros", explica Jon Maya, miembro de Kukai.

Ante esta situación, el Gobierno Vasco ha planteado algunas soluciones en el Plan Vasco de Cultura. Dos de las principales medidas son, por un lado, la creación de las Dantza Etxeak (centro de recursos para la danza en las tres capitales vascas) y, por otro, -a medio o largo plazo-, el impulso del Ciclo Superior de Danza.

La representante del sector de la danza, Laura Etxebarria, destaca que las Dantza Etxeak , que promoverán la investigación y la creación en esta disciplina, estarán en funcionamiento en 2009.

Además, se creará un grupo de trabajo para que los agentes de la danza puedan reflexionar sobre aspectos relacionados con la formación reglada, con el fin de elaborar un documento conjunto que plasme la situación y las demandas de los agentes del sector. Este documento se remitirá al Departamento de Educación del Gobierno Vasco, con quien se trabajará para avanzar en la creación del Ciclo Superior de Danza.

"Las Dantza Etxeak son el primer elemento que se pondrá en marcha y es una muy buena noticia pero tienen que continuar las reuniones sectoriales con la Administración para definir todas las acciones que se lleven a cabo", añade Etxebarria.

Asimismo, recuerda que se han elaborado "unas líneas de necesidades y por lo tanto los planes estratégicos van a tener que ver con esas líneas". A pesar de que son cosas que "llevarán tiempo, ya que el procedimiento en sí mismo es largo, pienso que 2009 es un año en el que van a ocurrir cosas", apunta la responsable.

 

Jon Maya

"Pocos pueden dedicarse a esto de forma completa aquí"

Jon Maya (Errenteria, 1977) es uno de los pocos bailarines que en Euskadi se dedica a la danza de forma completa. Miembro de Kukai, una compañía que crea coreografías a partir de la danza tradicional vasca, ha participado desde 2001 en varios espectáculos.

"Es diferente para quienes se dedican a la danza clásica o contemporánea. Para ser bailarín profesional clásico aquí no hay compañías y tampoco se ofrecen estudios. En cuanto a la danza tradicional, en nuestra compañía ahora hay siete bailarines y dedicado a la danza de forma completa sólo estoy yo, pero porque también soy profesor. Pocos pueden dedicarse a esto aquí", explica Maya.

Asimismo, opina que si se quieren espectáculos profesionales "y que salgan fuera" habría que "profesionalizar" las compañías. "Teniendo en cuenta la presentación del otro día no sé cuántos recursos se van a destinar a las Dantza Etxeas. En cualquier caso la figura de este centro me parece bien pero habrá que ver hasta qué punto completa las necesidades. Las iniciativas siempre son bienvenidas", afirma el bailarín.

Por otro lado, tilda de "muy grave" que no haya un Ciclo Superior de Danza en Euskadi. "Es algo muy, muy básico y es también uno de los temas que abría que abordar desde el punto de vista de la danza tradicional. La enseñanza está dentro de la educación no reglada y, como consecuencia, no hay profesores titulados pero después en las escuelas se piden profesores titulados", apunta.

En su opinión, "ya estamos en situación de alarma". Sin embargo, ve positivas las ganas y la ilusión de "muchos bailarines. Ése es un potencial que hay que canalizar", finaliza. >c.t.

 

Jon Vallejo

"Yo me habría ido fuera igualmente"

"A la ama siempre le había gustado el ballet", explica Jon Vallejo (Donostia, 1982). Hoy es el solista del Ballet de la Ópera de Dresde (Alemania). A los trece años dejó su Donostia natal y partió hacia Madrid. "Fue una decisión muy difícil pero no podía seguir aquí", afirma Vallejo.

"En Rusia, por ejemplo, -añade- hay mucha cultura del ballet, hay escuelas en las que los niños compaginan los estudios con el ballet. Pero al nivel de Rusia ni siquiera hay escuelas en Madrid". Asegura que en Alemania cualquier pueblo tiene su orquesta, su ópera y su ballet "y de ese modo se va creando una afición. Al tener un sitio estable puedes presentar muchísimos programas, se crean compañías y los bailarines tienen la opción de quedarse o irse". "Y lo que veo aquí es que cuando se organiza un espectáculo de danza en Euskadi está a rebosar de gente", comenta el bailarín donostiarra.

En cuanto a las iniciativas del Gobierno Vasco, cree que "están muy bien" porque "son pasos". "Pero yo como bailarín lo que necesito son compañías", comenta Vallejo. "En cualquier sitio hay muchísimos bailarines españoles y casi todos son vascos y primeros bailarines de grandes compañías".

Si bien, apunta que en su caso si hubiera tenido la oportunidad de quedarse se habría ido "igualmente". "Lo bueno que tiene esta profesión es que puedes vivir en sitios diferentes y en mi caso me gusta viajar. Además, pocos bailarines se quedan toda la vida en la misma compañía ya que todos en un momento determinado necesitamos más. Pero allí falta esa opción", indica. >c.t.


 

alicia amatriain

"Si tuviera la oportunidad volvería a casa"

Alicia Amatriain (Donostia, 1980) comenzó a recibir clases de ballet a los cinco años. "Me apuntó mi madre como me podía haber apuntado a inglés", explica. Pero fue al ir cumpliendo años cuando se dio cuenta de que "amaba" la danza. "Ahora la necesito", confiesa.

Dice que tuvo suerte porque en el Conservatorio de la capital guipuzcoana coincidió con Peter Brown y Adelita Sarasua y "ellos me dieron la base", comenta. Después a los 14 años se vio "obligada" a salir porque "las escuelas de calidad están en Madrid y las compañías en el extranjero". "Sin embargo, -añade-, en Alemania en cada ciudad por muy pequeña que sea hay una compañía, por lo que las oportunidades de encontrar trabajo se multiplican".

Ahora es la bailarina principal del Ballet de Stuttgart (Alemania). En palabras de Amatriain la solución pasaría por "formar compañías". "Mucha gente dice que no hay interés pero el interés está ahí porque cada vez que viene una compañía de fuera a Donostia el teatro está lleno". En este sentido, indica que si "se formaran grupos el público se interesaría por sus propias compañías".

En cuanto a los pasos que el Gobierno Vasco prevé dar, afirma que "cada pasito que se dé está muy bien. Hay que empezar poco a poco". Y es que la bailarina cree que "un chaval en Euskadi lo tiene bastante difícil. Pero con las cosas que se están haciendo ahora, a lo mejor dentro de unos años los bailarines tendrán la oportunidad de quedarse en casa, que es lo más bonito". "Me fui a los 14, cuando habría sido más fácil quedarse en casa. Si me dieran la oportunidad de volver, volvería", insiste. >c.t.

Dos bailarinas participan en una exhibición de ballet en la barandilla de la Concha, en Donostia.

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