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Azala se llena de residencias artísticas y laboratorios
Vitoria – A pesar incluso de los efectos de la pandemia, el espacio de creación Azala, ubicado en la localidad alavesa de Lasierra, sigue manteniendo su apuesta firme de trabajo en pro de la cultura. De hecho, durante este otoño está desplegando un amplio programa de residencias artísticas y laboratorios, que tienen en este mes de noviembre un ejemplo más que claro.
Justo esta semana termina su estancia en el centro la compañía gasteiztarra Pez Limbo, que está ultimando el proceso de su próxima producción, Itsas Behera, en la que toman parte Espe López, Javier Barandiaran Melero y Unai López de Armentia. Se trata de un "retablo existencialista sobre el absurdo de vivir los roles que nos asignan y la relación entre los dioses y los monstruos que todos llevamos dentro", según describen desde el grupo, que este año está cumpliendo sus primeros diez años de andadura.
A finales de este mes, como ya han hecho antes otras firmas, Laura Soto también acudirá al espacio de creación de Lasierra para dar vida a Mujer cansada, un libro de poemas con carácter de diario. El proyecto se abrió el 8 de abril de 2019 y la estancia en Azala tiene que servir para completar el recorrido. Casi en paralelo a su labor, en el centro también estarán los componentes de la compañía Barsanti para trabajar en la dramaturgia de su próximo espectáculo de calle Akabo!.
Asimismo, a lo largo de este mes están teniendo lugar dos laboratorios, como Gorputz Danstatu!, impartido cada miércoles por Leticia Morales con la mirada puesta de manera especial en la población de Ribera Alta, Treviño y Nanclares de la Oca. De esta forma, Azala afronta la recta final de un 2021 que, como su predecesor, no está siendo un año sencillo en casi ningún aspecto, aunque el espacio de creación contemporánea está pudiendo aguantar el pulso y seguir apostando por generar y acoger cultura.
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