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Ayer, hoy y mañana en Muskilda
Cada 8 de septiembre Ochagavía muestra su sentimiento y revive la tradición con sus danzantes
“Muskilda y Ochagavía son inseparables”. Así lo expresa Jone Villanueva, encargada de la ermita que ha sido su vida, primero como hija de la serora, Regina Toni, después como trabajo propio, y lo dice cuando la calma ha llegado de nuevo al lugar, y quedan las imágenes más íntimas de una nueva romería: danzantes, mayordoma, familia, amigos los hermanos de Tardet´s, y autoridades de un lado y otro de las montañas que comparten consomé en la casa habitación de Muskilda, donde habitaban el capellán, el ermitaño y la serora.
Ya han almorzado los danzantes su caldo, costillas, queso y café, servido por Jone con ayuda de su familia, no sin antes bailar la jota, primero a la serora, Regina Toni, que a sus 98 años cumplidos el día 7, debajo de su ventana: después a la Virgen, fuera del recinto, tras la procesión que da la vuelta a la basílica, y dentro, hacia el altar, donde el Bobo la deposita, ante la atenta mirada de Jone Villanueva, feligreses , párroco y autoridades: alcalde, Juan Manuel Tohane, concejales y Elvira Ruiz, la mayordoma, figura importante de la cofradía.
A Muskilda se le baila y se le canta. El coro dirigido por Clara Goyeneche se esmera en la misa cantada, armonizada por Jesús Sagardoy. Lo componen unos quince miembros y algunos de ellos forman parte de la Rondalla del Valle de Salazar.
FAMILIA Muskilda es una fiesta familiar donde las haya. Allí, las familias se dan cita cada año, y en el día marcado en el calendario ochagaviano para visitarla cobra especial importancia la de la mayordoma o mayordomo. La de ayer fue la familia de Elvira Ruiz Rekalde, vecina de la villa de 48 años, la que participó en todos los actos. Fueron sus hijos, Julen y Uxue Hernández Ruiz los que pidieron en la iglesia por Muskilda y el Valle, su marido, David Hernández, quien portó a la Virgen, y su madre, Jacinta Rekalde, sus suegros: Cirico Hernández y Merche Martínez, su cuñado, Kike Hernández, y sus hermanos, David y Javier, que aunque ayer no pudo acompañarle, estuvo muy presente en su corazón.
Ataviados todos con el traje salacenco, la rodearon en un día inolvidable. “Es lo más grande que te puede pasar en Ochagavía, donde se vive de una manera especial”, expresaba junto a su madre, ambas visiblemente emocionadas. Elvira, como manda la tradición, ha dedicado un año a la administración y conservación de Muskilda.
El próximo año es para Timoteo de Andrés, elegido según las normas el pasado 15 de agosto.
Sin duda, el otro gran atractivo de Muskilda son sus danzantes y sus seguidores. Además de los 8 y el Bobo, ayer se les sumaron los txikis. Mikel Adot, Aitzol y Jon Gazpio, y Unai Algarra, de 4 y 5 años, ochagavianos los cuatro. Vestidos igual que los mayores, ya empiezan a bailar. “Lo hacen a partir de los siete años, y además, les encanta”, explicaba la madre de Unai, Rosa Inés de Andrés.
Julen Sagardoi es uno de los danzantes que les enseña. “Hemos hecho cursillo la mitad de julio y todas las tardes de agosto con los de 8 a 11 años”, comentaba.
Ellos y ellas hablan del pasado, son el presente y el futuro de una tradición que sigue viva, porque los ochagavianos la hicieron suya desde siempre.
Detalles
Danzantes. Con nombre propio, 8 danzantes bailaron ayer: Gartxot Iribarren, Sergio Cia, Diego Eder, Roberto Elizalde, Pablo Fanlo, Eneko Tohane, y los hermanos, Julen y Joseba Sagardoi.
Bobos. Ayer le tocó a José Javier Sagardoi, de 61 años, que va camino de los 40 interpretando el papel. El miércoles lo hizo Iñaki Esarte, hijo de Pedro, quien enseñó a Txepi. También su hijo Julen lo ha representado en alguna ocasión. La cadena está garantizada.
Mayordomos. Elvira Ruiz Rekalde ha sido la mayordoma saliente , que durante un año se ha comprometido con la gestión y cuidado de Muskilda. El relevo lo toma Timoteo de Andrés.
Muskilda. Aunque el 8 de septiembre es la cita para ochagavianos y ochagavianas, así como otros vecinos del valle, la basílica en sí y su entorno es visitada durante el año.
En la reciente fiesta del Orhipean, la incluyeron en el programa, y aumentaron las visitas de 4 a 6 por la demanda.
Elvira ruiz “Lo llevamos dentro, Es lo más grande que te puede pasar”
Así es el sentimiento por Muskilda, expresaba la mayordoma de este año, quien se dejó ver visiblemente emocionada , y agradeció a a su familia , especialmente a su hermano, al tiempo que pidió mantener la tradición viva.
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Los danzantes de Ochagavía, ocho y ‘el Bobo’ bailan en Muskilda como en casa, relajados, a pesar de estar rodeados de centenares de ochagavianos y visitantes. Por la tarde, lo hacen en la plaza de la villa, y aseguran que “bailar las danzas en el pueblo es un reto mayor”.
Mikel Adot, Aitzol y Jon Gazpio y Unai Algarra, los cuatro txikis ochagavianos quieren ser danzantes y representan el futuro.
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