Autobiografía a la vista

Juan Antonio Urbeltz trabaja en un libro sobre su vida y tiene preparados otros dos trabajos

La entrevista tiene lugar en el café Oquendo de la calle homónima, que en mitad del encuentro logra despertar la memoria de Urbeltz. “El 27 de mayo de 1948 yo estaba ahí, junto a esa columna, repartiendo los recordatorios de mi primera comunión. Tenía siete años y en la calle había farolas de gas. Yo vivía en Sagüés, que era un barrio de prostitutas donde las ratas tenían el doble del tamaño natural. Había un tren minero, con una locomotora pequeñita que venía de la cantera de Monpás y llegaba hasta el Kursaal...”, rememora casi sin freno.

Son recuerdos que el folklorista de 75 años ha empezado a convocar en un libro que aspira a ser “una especie de autobiografía”. Le da “reparo” emplear ese término “porque parece una cosa pretenciosa” y él lo define como un libro con notas que quiere legar a sus hijos. Su idea es evocar todo el trabajo que realizó a partir de 1965 junto a su mujer Marian Arregi, directora musical de Argia, con la que recuperó infinidad de danzas tradicionales; pero también hablar “largo y tendido” de su familia, especialmente de su padre, con quien mantuvo una relación difícil pero por quien sentía un gran respeto.

El volumen se titulará, en homenaje a Jung, Recuerdos, sueños y sentimientos. Tiene algunas partes ya escritas y últimamente lee y relee a autores como Nabokov, Pessoa, Joseph Roth o Stefan Zweig, ya que algunas de sus obras son biografías “bien construidas” con las que espera “coger el tono” de su propio libro.

Pero antes, el incansable Juan Antonio Urbeltz publicará otros dos trabajos. Uno verá la luz en 2016 de la mano de la editorial Pamiela y se titula Morir en la hoguera el martes de Carnaval. Representaciones dramáticas de Lantz y Lostovo -nombre de una pequeña isla croata cuyo carnaval guarda similitudes con el del municipio navarro- y el otro es un trabajo sobre el folklorista guipuzcoano Juan Ignacio Iztueta.