Aurrera! Prest? Eztanda!

uN año más, como cada primer domingo de octubre, la villa de Elorrio se vistió ayer de gala para recibir a los batallones que recordaban aquellos tiempos cuando se pasaba revista a las tropas, para estar preparados ante alguna posible guerra. Una fiesta que en Elorrio se conoce como Errebombillo eguna y que se ha hecho tradición.

Aurrera pauso arrunta! Prest? Eztanda! De esta forma, ante un centenar de elorriarras y frente a Nuestra Señora del Rosario, el estruendo de los disparos de escopeta retumbaron en los oídos de los cientos de vecinos y visitantes que se concentraron ayer en la Herriko Plaza y que disfrutaron de la tradicional festividad. En esta cita, que llenó de colorido las calles y plazas de Elorrio, se respiró un inmejorable ambiente dominical.

Aunque el tiempo no acompañó durante la mañana, la tarde dio un respiro para que los elorriarras pudieran disfrutar de uno de los días grandes del municipio de gran simbolismo para los vecinos de la villa. Una fiesta que se celebra desde hace décadas con motivo del día en honor a Nuestra Señora del Rosario. “Los elorriarras nos volcamos en su celebración cada año, y son muchos los que procedentes de otras localidades, se acercan hasta Elorrio para no perderse el espectáculo popular”, apuntó Ana Otadui, alcaldesa del municipio, quién añadió que “no deja de ser un alarde tradicional donde la participación de la mujer se está desarrollando de una manera natural, tal y como debe ser. Este año han participado tres chicas con total normalidad”, apuntó Otadui. 

De este modo y, como manda la tradición, el batallón de los Errebombillos -formado por 15 jóvenes de la localidad-, tomó las calles y desfiló bajo las órdenes de su capitán. Los pasos, perfectamente coordinados, respondían al ritmo marcado por los txistularis y escenificaban una vieja estampa que recordaba a aquellos alardes militares cuya función era la de pasar revista de las tropas y armas disponibles ante la llegada de cualquier posible conflicto bélico. “Para los que participamos es uno de los días más bonitos del año”, señalaron desde las filas del batallón.

La primera de las marchas, realizada a las 5.00 horas, partió desde la plaza del Ayuntamiento y recibió a los más madrugadores con dos salvas lanzadas al aire: una hacia la propia Casa Consistorial y otra hacia la basílica de la Purísima Concepción. Acto seguido, los quince componentes de la marcha militar iniciaron una kalejira que transcurrió por diferentes calles del municipio y que concluyó en la Herriko Plaza.

PROCESIÓN RELIGIOSA Tras este primer desfile matinal, los Errebombillos volvieron a reunirse en la plaza del Ayuntamiento a las cinco y media de la tarde. Allí, con ciertos nervios entre los asistentes, esperaron a que la procesión religiosa saliera de la iglesia bajo la atenta mirada de las autoridades eclesiales y municipales. Los cientos de vecinos rompían en aplausos una y otra vez mientras volvían a sonar los disparos a las ordenes del capitán. Entre los asistentes había quien mostraba su preocupación ante la falta de relevo en las filas del batallón y de quienes salen con la Virgen desde la Basílica. “Siempre nos hacemos la misma pregunta, ¿Quien tomará el relevo de quienes rezan el rosario a las cinco de la tarde?”, señalaba Joseba, uno de los txistularis del batallón con cierta preocupación. Y es que esta jornada tradicional parte de un grupo de feligreses que rezan ante la Virgen y que tras su finalización comienza la kalejira de las tropas. “A mi me gusta mucho este día, y tenemos que ser capaces de hacer un esfuerzo entre todos los elorriarras para mantener viva esta celebración”, comentaba, Leire vecina de la localidad.

Con la última salva de despedida, que se lanzaba a las sobre las seis de la tarde, los Errebombillos de Elorrio se retiraron hasta el próximo mes de octubre del año que viene, cuando la villa les reciba de vuelta, con sus impecables trajes, para conmemorar tiempos pasados.

Desde las cinco de la tarde el batallón estuvo esperando a la salida de Nuestra Señora del Rosario para lanzar al aire varios disparos y comenzar la kalejira.Foto: A. Salterain