Dokumentuaren akzioak
«Mientras el cuerpo aguante desempeñaremos los papeles de aurreko y atzeko»
Jon Lizarralde y Abel Iriondo. Soka-dantza
- ¿Cómo vivieron ese momento?
JON.-
Sabía que algo iba a pasar. Antes de empezar el baile nos dijeron que
íbamos a cambiar una de las figuras así como la forma de entrar en la
plaza, pero no tenía muy claro a qué se debía esa modificación. Cuando
se anunciaron nuestros nombres y vi que Mariví Aguirregomezcorta e Igor
Palomino aparecían en la plaza, noté que se me cargaban los ojos de
lágrimas. Me faltó poco pa- ra llorar.
ABEL.- Fue muy
emocionante. Para nosotros es muy importante recibir este
reconocimiento, pero tenemos claro que lo que nosotros hacemos no
valdría nada si no fuera por nuestros compañeros de Haritz, los
familiares que nos apoyan y por el público que todos los años acude de
manera fiel a ver la soka-dantza. Ellos son los que hacen grande esta
celebración.
- Este año ha faltado poco para que la lluvia
echara por tierra la soka-dantza. ¿Recuerdan si alguna vez se ha
suspendido en el tiempo que llevan en el grupo?
A.- Sí, un año
hizo tan mal tiempo que hubo que suspenderla. Otros años también ha
estado cerca de no celebrarse, pero recuerdo un par de ocasiones en las
que se bailó en los pórticos de la casa consistorial.
- El
pasado 24 de agosto se les homenajeó por desempeñar los papeles de
aurreko y atzeko desde hace dieciocho años. Sin embargo, su
participación en la soka-dantza es bastante anterior.
J.- Sí.
Nuestra participación en la soka-dantza se inició en el año 1981, hace
ahora 25 años. Entonces formábamos parte de la cuerda de dantzaris.
A.-
Yo tenía entonces 14 años. El grupo andaba un poco escaso de gente y me
animé a seguir bailando, a pesar de que algunos meses antes había
estado a punto de dejarlo.
- En 1989, sin embargo, ocuparon los
dos puestos más preeminentes de la soka-dantza, siguiendo los pasos que
en años anteriores habían dado Mauxitxa, Txabola, Garro, Josu Mujika,
Iñaki Gil, Alberto García,... Han pasado 18 años desde entonces y
parece que siguen teniendo cuerda para rato.
J.- Llegan los
homenajes y se podría pensar que podemos estar ante el momento del
cambio. Hablamos de ese tema mientras nos cambiábamos después de la
soka-dantza y, en principio, queremos seguir dando guerra mientras el
cuerpo aguante.
A.- Si Jon no lo deja, yo tampoco. Son muchos
años midiéndonos en la plaza y si quiero demostrar que bailando soy
tanto como él, tendré que seguir.
- Sus papeles en la
soka-dantza les exigen una gran despliegue físico. ¿Cómo se
compatibiliza ese alarde con el disfrute de las fiestas?
J.- No hay otra forma que reservándose y cuidándose.
A.-
Algún año he salido la noche anterior, y luego lo he notado. Si quieres
estar a un buen nivel, no hay otro remedio que cuidarse. En cierto
modo, al resto del grupo le viene bien que Jon y yo seamos los
encargados de desempeñar los papeles de aurreko y atzeko. Al ir en la
cuerda, tienen menos responsabilidad, lo que les permite disfrutar más
de la víspera de San Bartolomé, si así lo quieren.
Tras hablar
con Lizarralde e Iriondo, quedó patente que conservan la misma ilusión
por la soka-dantza que hace dieciocho años, y que están dispuestos a
seguir dando guerra. Para ellos, sigue siendo uno de los días más
importantes del año, el día en el que se sienten dantzaris y en el que
se convierten en la representación del amor de un pueblo por su cultura
y sus tradiciones.
SOKA-DANTZA
Historia:
Los primeros datos recogidos sobre la soka-dantza se refieren al barrio
de Sallobente a finales del siglo XIX. Su historia ha estado marcada
por sucesivos avatares, con años en los que no se celebró. Desde 1989,
tras un curso impartido por Goizaldi en San Sebastián, se interpreta
siguiendo el modelo de las danzas de Gipuzkoa.
Dokumentuaren akzioak